Poco a poco sale a la luz pública el mal manejo realizado por Fumisa de Ruffo Pérez en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, lo que comienza a preocupar a Luis Solórzano, cabeza de Advent en México de la que forma parte Fumisa. Se dice que Luis Solórzano conocía los malos manejos realizados en el Aeropuerto y que hay pruebas al respecto, ya que esta persona promovía la prolongación de un contrato de arrendamiento bajo el supuesto de que no se han recuperado las utilidades esperadas y comprometidas por la administración del aeropuerto hace 20 años.
De acuerdo con la información proporcionada por Alfonso Sarabia y el cruce de información financiera y fiscal con que cuentan las autoridades, entre las que se dice tiene el visto bueno de la consejería jurídica del Ejecutivo Federal bajo el mando de Humberto Castillejos Cervantes, Fumisa logró en 20 años no sólo recuperar su inversión y sus utilidades, sino que obtuvo un ingreso muy superior que no compartió con el aeropuerto, de acuerdo con el contrato firmado, sino que se quedó con todo el dinero excedente producto de un arrendamiento que subfacturó.
En esta investigación que realizan las autoridades es muy posible que intervenga la propia Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal al mando de Humberto Castillejos Cervantes, ya que se presumen malos manejos en contra de la nación.
En estas condiciones, las autoridades plantean que Fumisa le debe al gobierno seis mil millones de pesos, los cuales se calcularon al cruzar información comercial y contable no sólo del precio de arrendamiento por metro cuadrado de los espacios comerciales, sino también del estacionamiento y de los «gusanos» controlados por Fumisa.
Se presume que debido a la subfacturación se evadieron impuestos y ahora se está en la revisión de los documentos firmados con las autoridades, en donde incluso podría estar involucrado Luis Solórzano, Ruffo Pérez y los antecesores de este último en la dirección de Fumisa, con la posibilidad de que alguno de estos representantes de Advent y sus subsidiarias pisen la cárcel.
El tema no es menor, ya que además del desprestigio en México de Advet y de Luis Solórzano, podrían presentarse demandas en Estados Unidos por parte de los accionistas de Advent e incluso multas multimillonarias por posibles actos de compra de favores en México de parte de este fondo y de sus empresas subsidiarias, al estar penado por la ley.
Otro tema que se estudia es la vinculación de algunas subsidiarias que Advent controla o controlaba en el ramo restaurantero y que fueron partícipes de los contratos firmados por Fumisa en la zona comercial del aeropuerto.
Pronto veremos en qué termina este proceso en el que se presupone que un fondo de inversión extranjero realizó negocios poco transparentes en México a través de los contactos políticos, administrativos y legales de Luis Solórzano y su equipo.
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