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La CNTE ataca de nuevo

Fecha: 7 de agosto de 2014 | Autor:

maestros cnteComo ya es costumbre, el pasado mes de julio los predecibles maestros de la sección XXll de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), inauguraron la temporada 2014-2015, de manifestaciones, plantones, bloqueos, destrozos y similares, dentro y fuera de Oaxaca. Acciones acordadas, en diversas asambleas estatales, mediante el democrático método de consulta a las bases.

Movilizaciones, ya tradicionales, que año con año nos recetan, en defensa, afirman, de sus derechos laborales, sindicales y salariales, que el gobierno pretende afectar, denuncian, con la imposición de nuevas regulaciones que los obligaría a someterse a evaluaciones, cumplir con un mínimo de horas clase, obtener plazas por concurso y otros detalles que ponen en riesgo su estado de confort. El de los dirigentes y algunos más, claro está, porque no a todos los maestros habría que medirlos con la misma vara.

Ante la proximidad del inicio del ciclo escolar 2014-2015, la belicosa sección XXll lleva a cabo los preparativos para estallar la huelga de la temporada, y dar así, la bienvenida a los niños y niñas que, una vez más, tendrán que esperar a que sus maestros tengan a bien reconsiderar su actitud, asuman sus responsabilidades y decidan regresar a dar clases.

La estrategia de estos docentes ha cambiado el orden de los factores. Si antes, desplegaban sus movilizaciones, como protesta, después de fallidos intentos de entendimiento con la autoridad, ahora, primero se manifiestan, y luego buscan el diálogo con las autoridades.

Así, en días pasados, antes de las pláticas ya convenidas con las autoridades del gobierno de Oaxaca y, a manera de preámbulo a su reunión, bloquearon carreteras, tomaron casetas de peaje, asaltaron oficinas de un partido político (PRI), destruyeron mobiliario y archivos, clausuraron las instalaciones de un medio de información (el periódico Noticias), cerraron la circulación en diversas vialidades de la capital del estado, bloquearon el acceso al aeropuerto y, por supuesto, continuaron con el plantón “masivo, regional y rotativo” en el primer cuadro de la bella y sufrida capital oaxaqueña.

Y es que la sección XXll acordó, en su asamblea estatal del fin de semana pasado, endurecer las protestas ya que, dicen, estar preocupados porque sus manifestaciones nacionales no han tenido el efecto proyectado, pues no han conseguido la abrogación de la reforma educativa, y las negociaciones con los gobiernos federal y estatal, consideran que están entrampadas en el discurso político.

Habría que mencionar que, por estas actividades extracurriculares de los maestros, durante el ciclo escolar 2013-2014, sus paros prolongados y escalonados sumaron 41 días, por lo que sólo pudieron cumplir con el 60 por ciento de los contenidos educativos. En 2012 fueron 54 días y en 2011, 64, los días no trabajados. Lamentable escenario, aunque siendo optimistas, al menos, la tendencia de los días de paro, es a la baja.

De acuerdo con el vicepresidente de la Asociación de Padres de Familia (ANPF), Efraín Morales, los maestros de Oaxaca llevan 31 años sin cumplir los 200 días de clases que comprende el ciclo escolar. Toda una hazaña.

No se trata de ninguna campaña en contra de estos maestros, ni de denigrar o injuriarlos. Tampoco de criticar sus reclamos, cuando responden a causas justas, pero las evidencias los exhiben intolerantes y opuestos a cualquier cambio en beneficio de la educación y de sus educandos.

No puede ser que su lucha sea para evitar ser evaluados, para no participar en concursos para la asignación de plazas, para demandar la contratación automática e inmediata de los egresados de las normales, para recuperar escuelas que ahora están bajo otra sección de maestros que si dan clases, para impedir la armonización de las leyes secundarias en materia educativa, para impedir medidas de transparencia que permita saber quiénes son, cuántos son y en dónde laboran, y otros temas que servirían para mejorar el sistema educativo.

Los resultados de los exámenes de ingreso al Servicio Profesional Docente que recién llevó a cabo la SEP y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), justifican la necesidad de hacer cambios urgentes en este campo. La pobre evaluación de los concursantes, así lo demuestra: seis de cada diez profesores que presentaron el examen no son aptos para dar clases en escuelas de nivel básico.

Los aspirantes de Oaxaca, a los que por cierto les fue muy bien, tuvieron que acudir a la ciudad de México a hacer su examen, ya que la sección XXll se opuso a que en el estado se realizaran estos exámenes. Los que pasaron el examen, y se les asigne una plaza en las zonas de dominio de la Coordinadora, como Oaxaca y Michoacán, requerirán de todo el apoyo y protección de las autoridades para poder desempeñar su trabajo, pues los de la CNTE se encargarán de hacerles la vida imposible, porque la vía para obtener su plaza fue por su capacidad, y ellos rechazan las evaluaciones.

 

Creo que estos maestros han rebasado todos los límites de la prudencia y la tolerancia, por lo que habría que aplicarles la ley, simple y llanamente. Con esta sencilla fórmula, las cosas comenzarían a enderezarse. ¿No cree usted?

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