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Crece liquidez en mercado Bitcoin: BofAML

Fecha: 13 de septiembre de 2017 | Autor:

– Aunque mantiene mucha volatilidad y riesgo, Bitcoin ha experimentado un aumento espectacular de su liquidez en los últimos seis meses

– En este análisis mostramos que Bitcoin no está correlacionado con ningún activo financiero, y no existe una forma de explicar ni predecir retornos

– Para sosteer un ciclo virtuoso de creciente liquidez y decreciente volumen, Bitcoin tiene que ganar aceptación como colateral, una situación poco probable

De los respaldos en metal a fiduiciarios a las criptomonedas, el dinero continúa evolucionando

Por milenios, la economía global ha utilizado diferentes tipos de monedas como tipos de cambio. De intercambiar materias primas, a tener un respaldo en metales preciosos, a las fiduiciarias, a las criptomonedas. El significado de una moneda ha cambiado de acuerdo a las diferentes necesidades económicas, tendencias políticas, y cambios tecnológicos. Por ejemplo, en la antigüedad, la sal era extraída, resguardada, y utilizada para el trueque. Sin embargo, las divisas respaldadas en materias primas no eran medios de intercambio prácticos ni duraderos. La economía global siguió avanzando.

Los gobiernos acuñaron monedas para crear unidades económicas estándar utilizando materiales preciosos como el oro, o materiales industriales como el cobre, una práctica que continúa hasta la fecha.

Descubrimientos de grandes depósitos antecedieron la llegada de las monedas de plata
Los descubrimientos de los españoles, en el siglo XVI, de grandes depósitos de plata en Bolivia, fueron las bases del sistema monetario global hasta el siglo XIX. Las monedas de plata fueron la moneda internacional de intercambio por casi 400 años, y mantuvieron un valor estable relativo al oro. El dólar español fue utilizado incluso como una base el dólar americano por el gobierno Federal de Estados Unidos. Sin embargo, no era práctico cargar con grandes cantidades de plata y oro. Por ello, el mundo empezó a moverse hacia el uso de dinero de papel, principalmente durante los últimos 200 años.

Al principio, la mayoría de los gobiernos mantenían sistemas de divisas respaldados en activos o metales preciosos, donde el dinero de papel podía intercambiarse por metales duros a una tasa fija. No obstante, el suministro de esta clase de dinero era fijo, creando grandes olas inflacionarias y deflacionarias en la economía, mientras el ciclo de negocios fluctuaba periódicamente.

Las consideraciones de estabilidad financiera a nivel macro impulsaron las monedas fiat
Después de la Gran Depresión de 1933, el gobierno de Estados Unidos se alejó del estándar de oro internamente, y dejó a la economía basándose únicamente en plata, en efecto, una especie de programa de flexibilización cuantitativa. Sin embargo, los pagos internacionales se hacían en oro. El estándar doméstico de plata fue eventualmente limitado en 1963 por el presidente John F. Kennedy, al mismo tiempo que la inflación alcanzaba a los certificados del dólar de plata expedidos por el Departemento del Tesoro. Posteriormente, en 1971, el presidente Nixon anunció que el gobierno de Estados Unidos no intercambiaría dólares americanos por oro en los mercados internacionales. A esto le siguió una pronunciada subida en los precios de los materiales preciosos.

Hasta el día de hoy, la mayoría de los países se han movido a una monedas fiduiciarias acuñadas localmente que no tienen un valor intrínseco internacional, más que una completa confianza en el gobierno emisor. En realidad, los bancos centrales cuidan el valor de la moneda fiduiciaria principalmente cumpliendo con sus objetivos de inflación. Sin embargo, los bancos centrales tienen la habilidad de crear monedas fiduiciarias a voluntad propia, siempre y cuando el objetivo pre-establecido de inflación no sea alcanzado.

Los avances tecnológicos han dado pie a las criptomonedas
Las criptomonedas digitales descentralizadas aparecieron en la etapa más crítica de la crisis financiera global del 2009, cuando un grupo de programadores crearon el Bitcoin. La idea de una divisa virtual la cual está controlada por un algoritmo y el hecho que este fuera del control del gobierno ha llamado la atención de muchos. Desde entonces, las criptomonedas se han expandido de forma dramática al poder realizar transacciones de una forma más barata y rápida. De hecho, las criptomonedas tienen algunas ventajas por encima de las monedas fiduiciarias, como la habilidad de transferir dinero instantáneamente desde cualquier lugar del mundo a un bajo precio, o poder codificar obligaciones contractuales específicas.

De la misma forma, mientras la moneda de papel, presumiblemente, no deja rastro, y el dinero digital puede ser difícil de rastrear en algunas ocasiones, las criptomonedas permiten transacciones completamente rastreables a través de récords digitales llamados blockchains. Es cierto que algunos usuarios de ciertas jurisdicciones pueden mantenerse anónimos, pero es poco probable que ese sea el caso para las operaciones de Bitcoin en mercados basados en Estados Unidos, Europa, o Japón.

La pregunta es, ¿qué convierte a una ficha (token) digital en un activo de valor real? Nosotros diríamos que una moneda de reserva tiene que cumplir con tres criterios: seguridad, liquidez, y rendimiento. Adicionalmente existen factores que “le suman puntos”, como la diversificación de beneficios. Bitcoin y otras criptomonedas tienen buenos puntajes en algunos criterios, y no tan buenos en otros.

Bitcoin no tiene un buen puntaje en el parámetro de seguridad
En el primer criterio, seguridad, es difícil argumentar que un cripto unidad cumpla con los mismos parámetros que una moneda de reserva. Por un lado, el sistema crea suficientes incentivos para que los mineros puedan garantizar acuerdos de transacciones de Bitcoin en un margen de horas, en comparación con los dos o tres días que tardan los títulos convencionales, como las acciones y bonos. Por otro lado, la falta de una autoridad o un proceso centralizado de toma de decisiones crea riesgos como es la partición de monedas. Si los programadores (o mineros) participantes no pueden acordar una solución para este problema específico, una moneda digital se puede partir en dos. Se podría decir que este riesgo es lo que está detrás de la gran liquidación de criptomonedas a nivel global de las últimas semanas.

Adicionalmente, riesgos como el hackeo, el robo de identidad, y simples estafas, son problemas recurrentes. Pero se podría decir que las monedas fiduiciarias están expuestas a estos mismos riesgos. Principalmente, en nuestra visión, la volatilidad es el parámetro clave para entender el concepto de seguridad en una moneda de reserva. En ese sentido, la calidad de Bitcoin ha mejorado en los últimos años, mientras la volatilidad sigue cayendo. Sin embargo, la volatilidad de Bitcoin es muy alta comparada con la del euro, el yen, e incluso el oro. Pero cayó dos veces por debajo de la volatilidad de la plata el año pasado, la moneda del mundo por más de 400 años.

La amplia gama de riesgos complican el futuro de la criptomonedas
Al examinar la seguridad de un activo, la volatilidad no es la única fuente de preocupación. En el caso de Bitcoin y otras fichas virtuales, los temores incrementan ya que en muchos lugares del mundo no es una unidad monetaria legal o que este regulada por organismos gubernamentales. De hecho, la descentralización es un aspecto fundamental de Bitcoin; tanto que los riesgos de fraude, hacking, y robo han plagado las criptomonedas globales en los últimos años. Particularmente, el aumento inicial de ofertas de monedas es difícil de justificar y crea un mayor riesgo de fragmentación en el mercado. Después de todo, es difícil conocer al cliente si la transacción de Bitcoin ocurre en una jurisdicción obscura. Es importante mencionar otros problemas que son específicos al manejo de criptomonedas, como el poder acordar el seguimiento de ciertos protocolos. Por ejemplo, si el Bitcoin se divide en dos fichas porque los programadores no pudieron acordar una solución, se podría caer el valor y la confianza. Finalmente, es necesario mencionar que las transacciones de criptomonedas están sujetas a impuestos en varias jurisdicciones, lo cual crea retos adicionales para los usuarios que no están familiarizados con las reglas fiscales del uso de Bitcoins.

Aun así, los controles de capital y monedas de cambio fijo en Mercados Emergentes fomentan el uso de Bitcoin.

Es verdad que el Bitcoin es muy volátil comparado con las monedas de mercados emergentes. Pero también vale la pena destacar que la volatilidad de las divisas de Mercados Emergentes FX tiende a ser eliminada artificialmente por diversos controles.

Al analizar a dieciséis países con fuertes controles de capital basados en indicadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) — Algeria, Angola, China, Malasia, Túnez, Costa de Marfil, India, Marruecos, Pakistán, Filipinas, Sri Lanka, Suazilandia, Tanzania, Togo, Ucrania, y Uzbekistán – encontramos que el Bitcoin es más volátil que esas divisas. Sin embargo, es poco común que estas monedas de mercados emergentes sufran de grandes tasas de inflación. Cuando los regímenes de divisas con tipo de cambio fijo o semi-fijo enfrentan una alta inflación o reducciones de reservas, eventualmente le siguen fuertes ajuste al tipo de cambio. En este sentido, entre mayor sea la divergencia entre el tipo de cambio oficial y del mercados negro, mayor será el atractivo de Bitcoin para utilizarse como moneda de pago o reserva de valor. En nuestra perspectiva, entre mayor liquidez y escala crezca el Bitcoin, con el tiempo existirá una menor volatilidad.

La liquidez sigue incrementando a un ritmo muy rápido
Revisando nuestro segundo parámetro, liquidez, es difícil ignorar que los volúmenes comerciales de las principales monedas digitales, como el Bitcoin y el Ethereum, se han disparado en los últimos años. Por ejemplo, en 2014, los volúmenes de comercialización de Bitcoin eran de $40 millones de dólares (mdd) diarios, y ahora se han incrementado mil millones de dólares diarios. Mientras tanto, Ethereum tuvo volúmenes diarios de $1.5mdd cuando fue lanzado en 2015 y ahora experimenta volúmenes comerciales diarios de cerca de mil millones de dólares.

Aún más importante, para que un token digital se convierta en moneda es necesario que construya una escala, algo parecido a la mina de plata en Bolivia que encontraron los españoles. De cierta manera, esto es exactamente lo que ha estado sucediendo en los últimos trimestres, con el total de tokens digitales creciendo exponencialmente su valor de mercado total de $1.5 mil millones de dólares (mmdd) a $87mmdd al día de hoy. En otras palabras, las criptomonedas han creado una escala rápidamente y ahora son utilizadas como medios de pago por algunas empresas e individuos.

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