Rogelio Varela
Cada vez son más las empresas, organizaciones no gubernamentales y hasta entidades federativas, que se suman al Acuerdo Global de la Nueva Economía de los Plásticos, una iniciativa de la Fundación Ellen MacArthur, en colaboración con la ONU Medio Ambiente, que tiene como objetivo eliminar los plásticos innecesarios, para que en 2030 todos los empaques de este material sean, ya sea reusables, reciclables o compostables.
Ya son más de 250 organizaciones, entre las que se encuentran los productores, marcas, minoristas, recicladores y negocios más importantes del mundo, que se han comprometido a erradicar el desperdicio y la contaminación por plásticos desde su origen.
A esa causa también se han sumado autoridades gubernamentales. Específicamente en México, el municipio de Toluca, que gobierna Juan Rodolfo Sánchez Gómez, se acaba de convertir en el primer municipio a nivel nacional en adherirse al Acuerdo adoptando medidas como la regularización del uso de bolsas de plástico, popotes y unicel. De hecho, el departamento de Medio Ambiente, a cargo de Margarita Romo, informa que han logrado disminuir 2 millones 80 mil bolsas al mes en grandes establecimientos.
El hecho es histórico porque entre las acciones que se comprometió el edil está el colaborar con el sector privado y promover las políticas implementadas para que municipios vecinos se sumen a la nueva economía circular que se pretende. Jalisco, de Enrique Alfaro Ramírez, ya levantó la mano.
La ceremonia se realizó en PetStar, de Jaime Cámara, considerada la planta de reciclado de PET grado alimenticio más grande del mundo. Capaz de reciclar 3 mil 100 millones de botellas al año. Una firma representativa de la capital del Estado de México y que forma parte de la Industria Mexicana de Coca-Cola.
El acuerdo contempla que para 2030 el 100% de sus envases se reciclen e incorporen hasta un 50% de contenido reciclado en sus botellas. ¿Se imaginan que exista el día que empresas de este tamaño recuperen todos los envases que comercializan? El planeta lo agradecería.
La ruta del dinero
Nada que la falta de compras de carbón térmico por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya puso en jaque a la principal región carbonífera del país que se encuentra en Coahuila, a tal grado que afectó a empresas de todos los tamaños que dependen de las operaciones del gigante eléctrico. El caso es que la carencia de ventas desató ya la furia de empresas mineras y proveedores privados de todos tamaños que dependen de la venta de carbón mineral y ayer organizaron marchas en las principales ciudades de ese estado, en las que demandaron una respuesta a la empresa que comanda Manuel Bartlett Díaz. Tan sólo en Monclova, marcharon 20 mil personas. Y es que desde fines de 2018 se agravó la situación de la cuenca carbonífera cuando la CFE anunció la suspensión de contratos que garantizaban la compra de 3.2 millones de toneladas anuales de carbón. La empresa pública sólo ha mantenido compras menores emergentes, pero insuficientes para las mineras de carbón que están quebrado de manera paulatina.
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