Nada en las minutas que nos haga pensar que Banxico cambiará su postura monetaria pronto. La autoridad monetaria sigue preguntándose si en un entorno de riesgos, tanto para crecimiento como para inflación, relativamente balanceados y con políticas monetarias acomodaticias a nivel global, sería conveniente bajar la tasa de interés. Sin embargo, a la hora del reality check, la autoridad monetaria se da cuenta que las condiciones todavía no están dadas. Asimismo, pensamos que además es muy probable que exista todavía cierto grado de desacuerdo entre los miembros de la Junta de Gobierno a este respecto.
Baja de tasas contingente a ambiente financiero estable a nivel global… El planteamiento reflejado en las minutas confirma nuestra percepción de que probablemente la Junta de Gobierno de Banxico se detuvo ante el deterioro de las condiciones financieras a finales de abril. De hecho, la minuta muestra un tono mucho más negativo, en torno al problema europeo del que percibimos en el comunicado, considerando inclusive que la probabilidad de un evento catastrófico ha aumentado. Otro factor detrás de la decisión de no bajar tasas es el cierto grado de desacuerdo que todavía hay entre los miembros de la Junta sobre la conveniencia de bajar tasas y los costos que pudiera tener desviarse de la convergencia al objetivo de inflación. En este contexto, la minuta muestra el disentimiento de algunos miembros sobre el tema de la postura monetaria relativa, argumentando que el tipo de cambio realmente no se ha visto afectado por los diferenciales de tasas sino más bien por la volatilidad proveniente del frente europeo. Asimismo, argumentan que si bien los resultados de inflación han resultado mejor a lo esperado, esto no se ha traducido necesariamente en una tendencia a la baja de las expectativas, en ninguno de sus plazos. Más aún, existe discusión sobre los factores afectando la inflación, fuera del tipo de cambio—aquí todavía existe algo de debate en torno al nivel de contagio por este factor—como es (1) una posible reversión de los precios agrícolas, (2) la inflación observada en la canasta de alimentos y la posibilidad de efectos de segunda vuelta y (3) el diferencial de precios internos y externos de las gasolinas, que pudiera tornarse insostenible. No obstante, estos factores son subestimados argumentando que podrían ser compensados por el debilitamiento del crecimiento de la demanda mundial y doméstica.
…no tan rápido, en nuestra opinión. Mantenemos nuestra perspectiva de que el próximo movimiento del banco central será de alza aunque seguramente no tendrá lugar hasta abril del año que viene. Entre otros, no vemos una mejora de las condiciones financieras a nivel global en los próximos meses, por el contrario, es muy posible que el riesgo en Europa traiga una nueva ola de crispación en los mercados. De hecho, si bien a la fecha de la reunión (27 de abril) el peso mexicano mostraba ganancias de alrededor de 7.5%, mismas que básicamente se han borrado desde entonces (la divisa se ha depreciado 3.9% en el período en cuestión). Adicionalmente, pensamos que aún cuando las inflaciones en abril (3.4% anual) y mayo (3.7% estimado) resulten favorables, la inflación subyacente se mantendrá en niveles alrededor de 3.3% anual además de que a partir de junio veremos la inflación total nuevamente repuntando hacia niveles de 4.0% anual para acabar el año cercano a nuestro 3.8% estimado, lo que reduce el margen para que la autoridad monetaria baje tasas.