La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) revisará tentativamente a partir del 27 de febrero cuatro amparos interpuestos por empresas telefónicas relacionados con las tarifas de interconexión (Axtel S.A. Bursátil de C.V, Operadora, Unefon S.A. de C.V., Radiomóvil Dipsa S.A. de C.V. y Nextel), así como el alcance de las facultades de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) para expedir tarifas de interconexión entre empresas telefónicas, que no hubieran podido convenir entre los propios concesionarios de redes públicas.
Con la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se resolverá un pendiente fundamental para garantizar competencia en el sector de telecomunicaciones y fortalecer la certeza jurídica.
El sector de las telecomunicaciones constituye la base para que muchas otras actividades económicas sean competitivas. La falta de competencia en este sector se ha traducido en precios altos y ha frenado la adopción de nuevos servicios. Esto no sólo afecta las inversiones, sino que impone un costo adicional a toda la economía y a los consumidores. Como ha planteado el informe de la OCDE, si tuviéramos que escoger entre los “cuellos de botella” que más están rezagando a México, la falta de competencia en este sector sería uno de los principales, por su impacto en todas las actividades económicas y en la innovación.
En México, la falta de competencia en telecomunicaciones ha generado mercados ineficientes que imponen costos significativos a la economía mexicana y que inciden de manera negativa en el bienestar de su población. El sector se caracteriza por altos precios, entre los más elevados de los países miembros de la OCDE, y falta de competencia, lo que tiene como consecuencia una baja tasa de penetración de los servicios y un pobre desarrollo de la infraestructura necesaria para prestarlos.
Las tarifas de interconexión altas perjudican a los usuarios, al crecimiento de la cobertura y la sana competencia. Así lo demuestra el hecho de que otros países logran mayor cobertura, mayor número de llamadas, con tarifas más bajas. Para no ir más lejos, está el caso de Estados Unidos.
La razón de esta falta de competencia es que las tarifas altas mantienen la concentración de un operador que cobra más a otros operadores por interconectarse que a sus usuarios por llamadas completas.
Esta situación ha generado que una sola empresa, Telcel, sea rentable, mientras que el resto de los competidores apenas sobreviven. Ahí está por ejemplo, el caso de Iusacel.
Mientras tanto, está el gran éxito de Telcel: Telcel cuenta con 64.1 millones de líneas en México de las 91.3 millones que se contaban en México al cierre del año. Al cierre del 4Q2009, es la empresa de telecomunicaciones más rentable del mundo con 55.1% de EBITDA. Telmex ha gastado $200 mil millones de pesos en reparto de dividendos y recompra de acciones. Asimismo, ha invertido US$9 mil millones en su expansión en Latinoamérica desde 1999. En el fondo de este éxito, sin embargo, están las altas tarifas de interconexión que no permiten el crecimiento de la sana competencia en México.
Las tarifas de interconexión móvil funcionan como una barrera a la competencia toda vez que desincentivan realizar llamadas a teléfonos que no pertenecen a la misma red, ya que son más caras. Asimismo, la perversión que hace que sea más fácil y barato llamar de celular a celular que de fijo a celular, no permite que crezca la red de banda ancha, uno de los principales retos para el desarrollo de México.