No es extraño hablar de corrupción en México, lo atípico es que trascienda a la prensa, y que involucre a una empresa privada.
A pocas horas que The New York Times ventilara una red de sobornos por parte de Wal-Mart de México para poder crecer y hacer aun lado la tradicional opacidad en la obtención de licencias de construcción y estudios de impacto ambiental, las acciones de la firma que comanda Scot Rank se desplomaron 12 por ciento. El volumen negociado también fue relevante.
Más de 200 millones de títulos envían una señal clara: los fondos de inversión no pondrán su dinero en empresas de dudosa ética.
El costo de la corrupción en nuestro país es difícil de cuantificar, hace unas semanas el Centro de Estudios del Sector Privado hablaba de más de 1.5 billones de pesos al año equivalentes al 10 por ciento del PIB.
Se menciona que en los últimos años Wal-Mart de México destinó 24 millones de dólares al pago de cohechos, una cantidad que en minutos puede ingresar a su abultada tesorería.
Es lamentable que la corrupción sea parte de la impunidad mexicana, y también una forma de hacer negocios.
Para no ir tan lejos habrá que preguntarle al ex director general de Wal-Mart de México, Eduardo Castro Wright, quien se ha mencionado como el promotor de la entrega de sobornos en efectivos a autoridades estatales, municipales e incluso federales en temas de medio ambiente, cómo le hizo para llevar a la cadena de los precios bajos a crecer sin ningún obstáculo desde 2005.
Si bien las investigaciones por el Departamento de Justicia de Estados Unidos e incluso la Securities and Exchange Commission habrán de continuar en las próximas semanas, no se puede negar que los fondos de inversión internacionales suelen ser muy estrictos en el tipo de papel que compran y verán con desconfianza las acciones de Wal-Mart.
Y bueno, los analistas ya comienzan a incorporar en sus escenarios que si las pesquisas al otro lado del río Bravo llegan hasta las últimas consecuencias se podría frenar el crecimiento de Wal-Mart en México. Esto explica el excesivo castigo a las acciones de la cadena minorista.