La guerra por el agua en el estado de Sonora se reflejó en el ánimo de los ciudadanos en las pasadas elecciones.
Entre los gobiernos panistas que salieron más golpeados en las pasadas elecciones federales habrá de anotar al estado de Sonora que tiene como gobernador a Guillermo Padrés Elias.
Ya le he referido que desde hace poco más de dos años el gobernador Padrés se ha obstinado en la construcción de un acueducto que quitará agua a los habitantes del Valle del Yaqui para abastecer las necesidades de Hermosillo, lo que ha dividido a los sonorenses por el impacto que tal medida tendrá en la agricultura.
Pues bien, los comicios del 1 de julio implicaron para el PAN perdiera la alcaldía de Cajeme, las cuatro diputaciones locales, además de seis de los siete municipios que territorialmente inciden en el Valle del Yaqui.
Añada la perdida de la diputación federal y las senadurías lo que deja muy mal parado al blanquiazul sonorense tanto en San Lázaro como en la Cámara Alta.
El tema sigue siendo la construcción del Acueducto Independencia que de entrada ha pasado por alto sendos decretos presidenciales de veda que prohíben la extracción de agua del río Yaqui y que establecen que su uso es exclusivo de ese grupo étnico y de cerca de 40 mil productores agrícolas que en estos años se han convertido en la principal demarcación de abasto de trigo a nivel nacional.
Esto se ha hecho con el visto bueno de Conagua de José Luis Luege quien en contubernio con la Comisión Estatal del Agua del Estado de Sonora decidieron la construcción del acueducto en cuestión que busca extraer 75 millones de metros cúbicos de agua del río Yaqui a través de la presa El Novillo y que implica desestimar otras opciones para cubrir las necesidades de agua de Hermosillo, como son la construcción de plantas tratadoras de agua ó bien desaladoras.
Otras alternativas que se han soslayado son la perforación de pozos profundos y concretar con el gobierno federal el proyecto Plan Hidráulico del Noroeste (Plhino), consistente en construir un sistema de embalses que aprovechen las caudales de los ríos de Nayarit y Sinaloa para canalizarlos por todo el noroeste del país.
Añada disposiciones judiciales que han determinado que se detenga la obra, lo que ha llevado al gobierno de Padrés a incurrir en desacato y que anticipa que será cuestión de semanas para que el tema escale hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación que tiene como ministro presidente a Juan Silva Meza.
Pero como le digo, por lo pronto la posición de Acción Nacional se ha debilitado en Sonora, máxime que desde marzo de 2010 han venido en aumento los movimientos de protesta por el tema del agua que incluyen marchas de mujeres con cacerolas en mano, mítines en Ciudad Obregón de más de 30 mil participantes, denuncias públicas, bloqueos de carreteras como la México-Nogales, y que en su momento fueron minimizadas por el gobierno estatal.