– Muchas cosas se dicen sobre los social media y su utilidad —o no— para los negocios. A continuación intentaremos desenmascarar algunos de los prejuicios y mentiras que circulan alrededor de ellos.
Entre las estrategias de mercadeo, los social media son herramientas que dan bastante que hablar. Están quienes los defienden hasta el punto de plantear que con sólo estar en las redes sociales es suficiente para desarrollar una campaña de marketing, y también hay quienes aún dudan de su eficacia para los negocios. Numerosos mitos aparecen de forma recurrente e inundan miles de pantallas y páginas web. Pero la mayor parte ellos sólo están basados en prejuicios, malos entendidos, o simplemente en desconocimiento. ¿Cuáles son las principales mentiras sobre los social media que circulan online?
1. Los social media no son para todas las empresas
Esta premisa es falsa si se refiere a que el público de los social media es homogéneo o restringido. Los usuarios activos son de todas las edades y vienen de todos los niveles sociales. Entre Facebook, Twitter y Youtube, suman 1.200 millones de visitantes, mientras que los usuarios de internet en el mundo son alrededor de 2.267 millones, según cifras de Internet World Stats. En los Estados Unidos, 80% de los usuarios utiliza alguna red social.
Además, a los usuarios realmente les interesa seguir a las marcas: según estadísticas de Nielsen, el 53% de los usuarios adultos activos de las redes sociales sigue al menos una marca, mientras que sólo el 32% sigue a alguna celebridad. Por otro lado, las empresas orientadas a B2B tampoco tienen excusas, ya que existen redes muy potentes para ese mercado, como por ejemplo LinkedIn.
2. Cualquier empresa debe tener perfiles en todas las redes sociales
En el extremo opuesto al mito anterior, se encuentra otro error muy común. Todas las empresas pueden encontrar útiles las redes sociales, pero esto no significa que cualquier marca necesite estar en todos lados. Un buen trabajo en las redes sociales requiere mucho tiempo y, por lo tanto, dinero. Hay que generar contenido interesante de forma periódica, leer con atención los comentarios de los usuarios, interactuar con ellos, responder a sus necesidades, pensar constantemente propuestas novedosas e incluso estar al tanto de lo que hace la competencia. Tener cuentas abiertas en las redes sociales sin alguien que se encargue de actualizarlas es igual o peor que no tenerlas.
3. Cualquiera puede hacer marketing en las redes sociales
Hay quienes piensan que, como toda persona puede aprender a manejar las redes sociales, también cualquiera puede manejar el perfil de una empresa. Pero decididamente esto no es así, ya que el social media marketing tiene reglas que no todos conocen. Existen profesionales de la comunicación capacitados para sacar el mayor provecho de las redes sociales. Y cualquier persona que maneje los perfiles sociales tan sólo intuitivamente, puede cometer errores que dañen la imagen de una empresa sin proponérselo.
4. Seguidores son consumidores
Miles de seguidores no tienen por qué significar clientes ni personas que creen en la marca. Los seguidores pueden ser sinónimo de escándalo, como en el caso de algunas celebridades, de compras de tráfico, o de estrategias vacías de contenido que se basan tan sólo en seguir a miles de usuarios para que algunos respondan siguiendo también. Y los usuarios lo saben. Por lo tanto, estrategias tales como conseguir 1.000 seguidores en Twitter siguiendo a 8.000 personas no tienen demasiado sentido.
5. La comunicación hoy en día se puede reducir a las redes sociales
Las redes sociales son sumamente útiles e importantes, pero uno no es dueño de su perfil por completo. No se puede dejar todo en manos de otra empresa, es necesario seguir teniendo una web propia que se pueda modificar al antojo de la compañía. Tampoco es recomendable, al menos por ahora, dejar de lado la comunicación offline —tarjeta personal, brochure corporativo, carpeta comercial—. Aún es necesario tener buenas herramientas que representen a la empresa fuera de la web. Por último, de ninguna manera hay que pensar que los social media remplazan a la publicidad. En primer lugar porque no son lo mismo. La presencia en las redes sociales complementa la estrategia publicitaria, pero no es una campaña publicitaria. La publicidad tanto en Internet como en los medios tradicionales sigue siendo igual de necesaria que antes de sumar los perfiles sociales.
6. Una plataforma como Facebook o Twitter no puede usarse con fines serios
Guiados por hechos como la enorme cantidad de estados y tweets que se dedican a comentar detalles insignificantes de la vida cotidiana, tendencias en Twitter sobre escándalos mediáticos, o actualizaciones en Facebook sobre los juegos en los que sus contactos participanon-line, algunos empresarios pueden creer que no se trata de una forma seria de hacer negocios. Pero con más de 840 millones de usuarios en Facebook y de 140 millones en Twitter, muchos de los cuales son marcas que poseen grandes cantidades de seguidores, se puede decir que hay lugar para todo, tanto para el esparcimiento como para los negocios. Además, una campaña informal puede ser tan útil como una más seria, o ambas pueden complementarse.
La clave para no dejarse llevar por los mitos es remitirse a los hechos. Planear una estrategia de comunicación que incluya las redes sociales, y llevarla a cabo siguiendo las reglas y consejos de los expertos, basta para ver el provecho que se puede sacar de los social media y lo que realmente funciona, o no, en ellos.
– Silvina Moschini es CEO y Fundadora de Intuic | The Social Media Agency. Experta en Social Media Marketing y Visibilidad Online, frecuentemente es invitada a dar su opinión en medios de prestigio como la CNN y es colaboradora permanente en La Vanguardia. Recientemente, Silvina publicó su primer libro “Claves del Marketing Digital” disponible en Amazon. Nacida en la Argentina, Silvina desarrolló una importante carrera en áreas de comunicaciones de grandes empresas de presencia global como Visa Internacional, Compaq Computer Corporation y Patagon.com. Esto la llevó a viajar de manera constante alrededor del mundo y establecerse en ciudades como Miami y Barcelona.