En el sector de los casinos esperan que la próxima legislatura, que entrará en funciones el próximo 1 de septiembre, desempolve la propuesta de reformas a la Ley de Juegos y Sorteos, la cual cumple 65 años sin ser tocada.
Urge que los legisladores doten de orden y certidumbre legal a los más de 360 casinos que operan en México, los cuales tan sólo en 2011 pagaron mil 400 millones de pesos entre impuestos y aprovechamientos.
De lo contrario, prevalecerá la penumbra que permite la operación de establecimientos ilegales ante la omisión y presunta complicidad de autoridades de todos los niveles, como sucede en los municipios queretanos de Tequisquiapan, encabezado por el alcalde interino panista Héctor Pintor, y Corregidora, que preside el priista Carmelo Mendieta Olvera, lo que ha provocado más de un dolor de cabeza al gobernador tricolor José Calzada Rovirosa, cuyo discurso ha sido de no autorización de casinos.
Bajo circunstancias sospechosas en Tequisquiapan ya está instalado el Casino Pedregal de la empresa EMEX S.A. de C.V. perteneciente presuntamente a los hermanos Juan José y Arturo Rojas Cardona, que por algo son conocidos como los Zares de los Casinos.
En Corregidora ya abrió el Casino Winland, operado por la empresa Magic Fortune. Apenas el pasado 25 de abril el alcalde Mendienta aseguró que no permitiría la apertura de un casino más durante su gobierno. Entonces, ¿qué pasó?
Un comunicado del gobierno municipal informó que el establecimiento cumplió con todos los requisitos para su autorización. Sin embargo el lugar se encuentra junto a un Colegio de Bachilleres, aún cuando el Reglamento de Ley Federal de Juegos y Sorteos establece no instalar casinos a menos de 200 metros de instalaciones educativas.