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Hábitos que matan nuestras neuronas

Tiempo de lectura: 3 minutos

cerebroEn los últimos años, los síntomas como depresión, estrés mental, déficit de atención, pérdida acelerada de la concentración y la memoria son manifestaciones cada vez más relacionadas con los hábitos comunes de la vida diaria.

Los expertos en neurociencia coinciden en que el 90% de los casos registrados en consultas de especialidad pudieron ser prevenidos con tan sólo algunos cambios de conducta. Sobre todo, la conducta alimentaria.

 

Tres factores dañan las neuronas de nuestro cerebro


No desayunar

Comer de más

Acarrear hacia el cerebro agentes degenerativos

 

No desayunar. (O desayunar alimentos de baja calidad). Al levantarnos por la mañana, y después de un ayuno de 6 a 8 horas de dormir; el cerebro requiere una gran cantidad de glucosa para funcionar adecuadamente. Pasamos por alto que para “arrancar” todos nuestros sentidos de alerta y funciones mecánicas estos dependen de buenas cantidades de energía que encontramos en frutos consumidos de forma completa o integral (no en jugos), y una pequeña cantidad de proteína de origen animal como huevos combinados con verduras o un sustituto de proteínas que sean una buena fuente de aminoácidos y otras vitaminas, minerales y antioxidantes.

La degeneración estructural que sufre el cerebro en sus funciones después de años de cometer el mismo error de brincarse el desayuno, implica una muerte de neuronas por falta de energía y sobrecarga de trabajo. De manera que tomarse unos treinta minutos para invertir en salud cerebral, está de pensarse…

Comer de más. Es bien conocido el dato sobre el exceso de peso en adultos y niños en nuestro país. Pero independientemente de ello, el exceso de comida genera una circulación lenta y poco oxigenada al cerebro.

Este complejo órgano, requiere casi del 50% total del oxígeno diario para funcionar adecuadamente.

Una buena circulación sanguínea donde el exceso de colesterol triglicéridos y azúcares no se interponga en nuestra oxigenación cerebral. Es importante además tomar en cuenta que las arterias endurecidas por exceso de grasa pueden provocar derrames cerebrales, demencia senil o cefaleas crónicas.

¿Has pensado por qué después de un día laboral pesado, queda con dolor de cabeza?

Hay que comer poco y de tres a cinco veces al día. La cantidad ideal es la capacidad de volumen que cabe en tus dos manos juntas. Comer poco, varias veces y buscar siempre que sean alimentos frescos y nutritivos.

 

Acarrear hacia el cerebro agentes degenerativos.

A pesar de que muchos expertos en la industria alimentaria niegan el hecho de que lo aditivos, conservadores de alimentos, etc. no son factores de riesgo, lo mejor es consumirlos lo menos posible

Ciertamente la vida cotidiana, la dificultad de los horarios y la cuestión práctica nos hace comer en lugares donde no podemos controlar todo lo que nos sirven.

En  ese caso, se puede tomar una solución alterna. Consumir antioxidantes. Estas sustancias que bien puede ingerir en las frutas y verduras crudas o consumir en forma de suplementos. Un especialista puede ayudar a elegir los adecuados así como la dosis.

Lo que esos antioxidantes harán es “neutralizar” el efecto nocivo de muchas sustancias degenerativas con las que tenemos contacto en la contaminación ambiental, el agua y los alimentos. Incluso las sustancias tóxicas de los cigarrillos y algunos fármacos.

La nutrición del cerebro no es un tema de cumplir dietas y restringirse, aguantarse o vivir de forma aburrida la comida. Nutrir nuestro cerebro (y el organismo completo) es de hecho, la forma más segura de tener esa anhelada calidad de vida.

Si como dicen los expertos, los pronósticos de vida siguen aumentando en cantidad de años, busquemos entonces mantener las funciones cognitivas del cerebro en buen estado. Pequeños cambios diarios pueden hacer la gran diferencia.


– Mtr. Mayra Flores, nutrióloga por la Universidad Autónoma Metropolitana, Maestría en Bioética por la Universidad Anáhuac del Norte.-

(Press Club Pfizer)