– El próximo martes 6 de noviembre se llevará a cabo la elección presidencial y del Congreso en Estados Unidos
– El resultado es importante no sólo por lo cerrado de la contienda sino por la incertidumbre generada por el llamado fiscal cliff
– Nuestro escenario base es que se mantendrá el status quo con la reelección de Obama y un Congreso dividido (Cámara de Representantes en manos republicanas; Senado demócrata)
– Bajo este escenario esperaríamos un ajuste fiscal equivalente al 2% del PIB lo que permitiría una expansión económica de la misma magnitud en 2013
El próximo martes 6 de noviembre se renovará el poder ejecutivo así como la Cámara de Representantes (435 asientos) y 33 de los 100 asientos senatoriales que conforman el Congreso en Estados Unidos. Adicionalmente, habrá elecciones a las gubernaturas de: Carolina y Dakota del Norte, Delaware, Indiana, Missouri, Montana, New Hampshire, Utah, Virginia Occidental y el estado de Washington.
Esta elección ha adquirido importancia en los últimos meses, no sólo por lo cerrado de la contienda, sino también la incertidumbre generada por el recorte fiscal programado para el año que viene, que podría limitar seriamente las posibilidades de crecimiento de la economía.
Derivado de la falta de acuerdo en las discusiones sobre el techo presupuestal en agosto de 2011—que llevó a una reducción de la calificación crediticia de EE.UU. por parte de S&P de AAA a AA+—el Congreso puso como fecha límite para corregir el déficit fiscal el 1º de enero de 2013. Dicha corrección consiste básicamente en la reversión de algunas de las políticas de estímulo que se pusieron en marcha en 2008. Entre las más importantes está la expiración de los beneficios fiscales de la era Bush, la reducción de los impuestos de nómina, la extensión del pago de beneficios por desempleo, así como recortes por el lado del gasto (incluyendo gasto en defensa). La oficina de presupuesto del Congreso (CBO) estima que el ajuste podría rondar los 607mmd y es lo que se conoce como “precipicio fiscal” o “fiscal cliff”. De llegarse a materializar este conjunto de medidas equivaldría a un ajuste de 4% del PIB, lo que podría inducir a la economía inclusive a una recesión.
El proceso de elección presidencial en Estados Unidos es relativamente complicado y largo
La elección está basada en el sistema de colegios electorales, en el que para ser ungido Presidente se necesita obtener la mayoría de los 538 electores de los respectivos colegios electorales. Es decir, el día de la elección la población en realidad está votando para instruir al representante de su colegio electoral (elector) para que vote por el candidato del partido que desea. En dicho sistema cada Estado recibe un número de votos electorales igual al número de representantes en el Congreso, que se determinan en base al número de población de cada estado. Por primera vez en esta elección se utilizarán los resultados del censo de población de 2010, con cambios importantes en el número de votos electorales en algunos estados.
Cabe mencionar que como sólo se necesitan 270 votos para ganar la presidencia, la elección se hace relevante en los 11 estados con mayor número de votos, de tal forma que un candidato podría no recibir ni un voto en el resto de los estados y aún así ganar el puesto.
Encuestas sugieren que la moneda está todavía en el aire
En lo que se refiere a la elección presidencial, las diferentes encuestas muestran un empate técnico entre la intención de voto por Barack Obama—actual titular del poder ejecutivo y candidato por el partido demócrata—y Mitt Romney, candidato por el partido republicano.
Trasladando el resultado de estas encuestas a votos electorales, según CNN (los resultados de otros medios son muy similares), ninguno de los dos candidatos tiene todavía los 270 votos necesarios para obtener la presidencia. El Presidente Barack Obama obtendría 237 votos—196 provenientes de estados con una mayoría demócrata mientras que 41 votos corresponden a estados con tendencias por este partido. Por su parte, el candidato republicano tiene 206 votos electorales—180 de estados republicanos y 26 votos de estados en donde las inclinaciones son republicanas. Esto deja todavía 95 votos electorales por definirse el próximo martes. Dichos votos están concentrados en los llamados “estados columpio” o “swing states”: Florida (29 votos), Ohio (18 votos), Virginia (13 votos), Wisconsin (10 votos), Colorado (9 votos), Iowa (6 votos), Nevada (6 votos), y New Hampshire (4 votos).
Por lo que toca a la elección en el Congreso, es muy probable que la Cámara de Representantes quede en manos de los republicanos mientras que la elección en el Senado está muy cerrada. De los 33 curules en juego, el partido demócrata tiene ventaja en 17; los republicanos en 10 mientras que en 6 estados no hay una tendencia clara. Cabe mencionar que dichos asientos están actualmente en manos del partido demócrata—Connecticut, Florida, Montana, Pensilvania, Virginia y Wisconsin—por lo que es muy probable que este partido mantenga la mayoría en la cámara en cuestión.
Escenario central: Probable reelección de Obama
Nuestro escenario central es que aun cuando Mitt Romney ganara el voto popular, es muy posible que Obama se reelija como presidente de los Estados Unidos, dada la matemática electoral. La Cámara de Representantes quedaría en manos de los republicanos y el Senado con los demócratas como es el caso actualmente. Existen otros escenarios—dependiendo del resultado de la elección del Senado—aunque pensamos que tienen una menor probabilidad de ocurrencia
Después de la elección, la nueva administración (Congreso incluido) toma posesión el 20 de enero de 2013. Sin embargo, el actual Congreso regresa a sesionar a mediados del mes, en lo que se le denomina lame duck session ya que tiene lugar en el período de transición antes de que toma lugar la nueva administración. El primer punto de la agenda para dicha sesión será la negociación del denominado fiscal cliff. Como mencionamos al inicio del ensayo, este término se utiliza para describir qué pasaría con la economía americana si las medidas de expiración de beneficios fiscales así como los recortes contemplados al gasto entran en vigor el primero de enero de 2013.
El CBO plantea dos escenarios, uno base y uno alternativo. En el escenario base—en donde no se toma ninguna medida—el recorte del déficit fiscal sería de alrededor de 607mmd, equivalente a 4% del PIB entre los años fiscales 2012 y 2013 (recordemos que los años fiscales en Estados Unidos van de octubre a octubre). En este caso, la economía entraría en una pequeña recesión con una contracción de 0.5% del PIB y con la tasa de desempleo disparándose hasta 9.1%.
En el escenario alternativo, se mantienen los beneficios fiscales de la era Bush pero se deja expirar la extensión de los beneficios por desempleo y no se aplican algunos recortes al gasto. En este caso, el ajuste fiscal sería de 2.5% del PIB al final del año fiscal 2013 con un crecimiento de la economía en torno al 1.7%, con la tasa de desempleo manteniéndose en niveles de 8.0%.
Como dijimos anteriormente, el tamaño del ajuste dependerá del resultado de las elecciones. Bajo nuestro supuesto de que se mantiene el status quo—con una victoria de Obama por votos electorales pero no por voto popular—un segundo mandato del actual presidente carecería de legitimidad y el presidente tendría poco capital político para trabajar. Esto reduce aún más el poder de negociación del presidente con el Congreso sobre el fiscal cliff. Inclusive cabe la posibilidad de que el tema se pudiera extender más allá del fin de 2012, con efectos parciales sobre la actividad económica el año que viene. No obstante lo anterior, estimamos que se va a llegar a algún acuerdo intermedio con un ajuste del déficit equivalente a dos puntos del PIB, lo que permitiría que la economía creciera en torno a nuestro estimado de 2% para 2013.
Impacto importante sobre mercados financieros
Desde luego que el resultado de las elecciones tendrá también un efecto no menor en los mercados financieros. Los mercados de capitales verían con buenos ojos una victoria del candidato republicano, Mitt Romney, pues eso implicaría muy probablemente la extensión de los beneficios fiscales, mientras que la percepción que se tiene del actual Presidente Obama es que sus políticas son más de corte socialista. En contraste, para el mercado de bonos, la reelección de Obama podría implicar un rally de tasas dado que se esperaría que una mayor inclinación hacia un mayor estímulo económico.