La guerra del agua que registra el estado de Sonora podría tener un giro de 180 grados en los próximos días.
Ya le he comentado que la construcción del Acueducto Independencia ha sido cuestionada por miles de habitantes de los municipios aledaños al Valle del Yaqui por la afectación que podría generar extraer agua para abastecer a la ciudad de Hermosillo.
Dicha obra ha creado una gran división entre la población de la entidad que tiene como gobernador a Guillermo Padrés, ya que desechó otras alternativas de mediano y largo plazo para abastecer de agua a la capital de Sonora.
Pues bien, la nota es que en días pasados un grupo de afectados por dicha obra se reunió con el nuevo titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld Federman, quien les manifestó que analizará a fondo los aspectos técnicos, jurídicos y sociales del acueducto Independencia.
El expediente ha sido atacado legalmente desde diversas vertientes, e incluso se ha continuado con su construcción a pesar de sendas sentencias de diversos juzgados que podrían incluso iniciar un proceso de desacato por parte del gobierno estatal de Padrés, pero incluso del anterior titular de la Conagua, José Luis Luege, quien avaló que se concedieran recursos federales para una obra hidráulica que a la fecha se desconoce su grado de avance.
A decir de Korenfeld la autoridad federal buscará soluciones que garanticen agua para todo el estado y no solo para unos cuantos y se manifestó a favor de preservar el equilibrio hídrico de una región que por años ha padecido escasez del vital líquido y donde se estaría poniendo en la balanza abastecer a una ciudad como Hermosillo con 800 mil habitantes frente a una zona como el Valle del Yaqui que es uno de los más importantes productores de trigo en el país.
El problema para algunos expertos es que el Acueducto Independencia no es una solución de largo plazo para una ciudad que seguirá creciendo su mancha urbana y por tanto requerirá de más agua en los próximos años en detrimento de campesinos e indígenas sonorenses.
La cuestión es que en la pasada administración la Conagua dio un tratamiento político al tema del Acueducto Independencia y se alejó de los argumentos técnicos que de seguir por la misma ruta podrían orillar a una amplia región de Sonora a un ecocidio ante la falta de agua.