Uno de los planes para ampliar la creación de empleos en la capital pasa por la Central de Abasto.
Ya le he comentado que el gobierno de Miguel Angel Mancera Espinosa ha identificado los proyectos con potencial para mejorar el entorno de negocios en el Distrito Federal, una ciudad que basa su economía en el sector servicios, pero que también tiene oportunidades en el ámbito comercial.
Pues bien, le comento que la administración capitalina modernizará la Central de Abasto, un proyecto que en su conjunto representa una inversión de unos 250 millones de pesos, y que implica desde renovar su infraestructura hidráulica, eléctrica y de pavimentación hasta apoyar la instalación de pequeñas fábricas que otorguen valor agregado a los alimentos que se comercializan en un recinto.
Como sabe, la Central de Abasto tiene 30 años y sustituyó a la Merced en el acopio y venta de perecederos con un movimiento diario de 27 mil toneladas de alimentos.
En términos monetarios ese recinto mueve al año la friolera de 10 mil millones de dólares.
Habrá que ponderar que por ese recinto pasan el 35 por ciento de los alimentos que se comercializan en el país con productos que no solo satisfacen las necesidades de la capital y los estados vecinos sino incluso ciudades de vocación turística como Cancún.
Empero, también se tiene que reconocer que la Central de Abasto ha disminuido su actividad en un 25 por ciento en los últimos años luego que las grandes cadenas comerciales como Walmart, Comercial Mexicana y Soriana, entre otras han invertido en sus propios centros de acopio de perecederos, de ahí el interés del gobierno de Mancera Espinosa por su modernización.
Ese declive también responder a la menor actividad de los mercados públicos, uno de los principales clientes del recinto comercial, lo que confirma que en la medida en que se puedan tener productos con mayor valor agregado también los locatarios de esos mercados podrían mejor sus ventas.
Y bueno, el proyecto de modernización de la Central de Abasto esta a cargo de su director, Julio César Serna y de Pablo Lara Ontiveros, Coordinación de Planeación y Desarrollo quienes se han venido reuniendo con varias instancias del gobierno capitalino, empresarios, universidades e incluso ONGs para ver las estrategias viables para apoyar entre otros proyectos la instalación de minifábricas en un recinto que tiene 350 hectáreas y que lo mismo comercializa frutas y legumbres que flores pasando por abarrotes, además de pescados y mariscos.
La idea de Serna es tener recursos para poner capital semilla donde el sector privado también aporte recursos en el entendido que la Central de Abasto tiene su fuente de recursos en las cuotas de mantenimiento que cobra a comerciantes y bodegueros.
En fin, olvidada por otras administraciones la estrategia del gobierno capitalino es recobrar el dinamismo de la Central de Abasto como parte de un plan no solo para atender problemas sociales como el hambre de las familias de menores ingresos sino para generar nuevas fuentes de empleo en pequeñas y medianas empresas.