El tiempo se acaba. Si hoy a la media noche el sindicato no se decide por la propuesta presentada por Aeroméxico, se colgarán las banderas rojinegras. El problema es que el dirigente sindical, Ricardo Del Valle, ni siquiera presentó completa la propuesta en la Asamblea de sobrecargos.
Sólo hay dos alternativas para los sobrecargos. O aceptan la oferta de la empresa y obtienen un aumento de acuerdo a la inflación, con nuevas condiciones sólo para los futuros sobrecargos, o bien se arriesgan a que todos los sobrecargos, los actuales y los futuros, reduzcan sus ingresos en 60%, pues la empresa presentó un Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica.
Si estalla la huelga el primer minuto del sábado, la empresa no estará en posibilidades de dar ningún aumento y cada día de huelga, con las pérdidas económicas que implicaría, apoyaría la necesidad de esa reducción de 60 % para todos los sobrecargos. Eso, por supuesto, si no se corre la misma suerte que Mexicana.
La alternativa de los sobrecargos es aceptar la propuesta de la empresa o apostarle a la huelga y a la resolución del Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica. Un aumento para todos los sobrecargos actuales y la posibilidad de que se integren nuevos sobrecargos que hoy no tienen trabajo con condiciones superiores a los que laboran en otras aerolíneas, o un 60% menos para todos. No sabemos cuál es el dilema. Claro, hay una tercera opción: una huelga y nada para nadie.