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Reforma Financiera, ¿destinada el fracaso?

Tiempo de lectura: 5 minutos

pena videgaray· No favorece la competencia

· Intermediarios no bancarios, discriminados

· Nueva Ley del ISR

· Reforma Hacendaria: a pagar los mismos, pero más

· Bancomext, vocación por pymes

 

Mientras no haya una real y abierta competencia en el mercado financiero mexicano por más reformas y cambios legales que se realicen, no se lograrán los objetivos de que el crédito productivo se constituya en uno de los motores principales de la economía y la generación de empleo como sí lo es en otros países. 

Por ello resulta lamentable que se desperdicie la oportunidad que dio la llamada reforma financiera para lograr esos objetivos, porque hasta ahora no es más que un puñado de disposiciones legales tendientes a establecer controles punitivos para que los diversos intermediarios financieros, incluyendo los bancos, trabajen bajo parámetros de presión y no de fomento. 

En el mercado financiero no vamos a ver un cambio estructural pues el modelo monopólico en el cual cinco bancos acaparan alrededor del 80 por ciento del mercado, se replicará en su zona de confort generada en los sexenios panistas, basándose en el jugoso negocio del crédito al consumo y la inversión en bonos del Gobierno Federal.  

Está claro que los grandes bancos transnacionales no están interesados en trabajar por México y que lo único que les interesa es tener las grandes utilidades que son enviadas a sus países de origen. El ejemplo más claro de esto lo tenemos con BBVA Bancomer que vendió su afore por no representar un negocio altamente rentable, independientemente que carece de algún interés en participar en ahorro del retiro de los mexicanos. 

La reforma financiera debió de sustentarse en promover una mayor competencia empresarial, en todos los órdenes, abrir el mercado financiero en un marco regulatorio y de supervisión amigable, no confrontable.  Hasta ahora no vemos entusiasmo en el sistema financiero por invertir más o abrir nuevos bancos. Con la excepción de la compra que hizo CIBanco, que preside Jorge Rangel de Alba, de la filial del Bank of New York en México, no se ha generado alguna otra adquisición que trate de capitalizar los cambios legales, por el contrario como que todo mundo se encuentra agazapado en espera del “filo” que tendrán los nuevos dientes de la Condusef. 

En cuanto a los intermediarios financieros no bancarios se les sigue dando un trato totalmente discriminatorio, en un segundo y tercer plano, cuando debería ser la herramienta principal para reducir el esquema monopólico de la banca y democratizar el crédito. Ellos pueden ser la banca social que tanto necesita el campo y las regiones que la banca se niega a atender por no ser de alta rentabilidad. 

Es curioso que mientras las sofomes, sofipos, almacenes generales de depósito y otras empresas del sector popular del ahorro y el crédito piden marcos legales más propicios para su desarrollo y apoyo con fondeo de la banca de desarrollo para detonar el financiamiento productivo, los grandes bancos pongan pretextos y achaquen a múltiples factores macroeconómicos el “riesgo” de incrementar  el crédito a pymes, y sin embargo las autoridades acudan a éstos como única alternativa financiera.

En suma, estamos ante una reforma financiera decepcionante que hasta ahora no satisface ninguna expectativa sectorial. Ojalá en su reglamentación se pudiera hacer algo para que su destino no sea el fracaso. 


A pagar los mismos 

En cuanto a la reforma Hacendaria, casi ha pasado desapercibido que se trata de tener un esquema totalmente nuevo, al menos en lo que se refiere al Impuesto Sobre la Renta. De hecho, la reforma  no es tal para este gravamen, sino que la propuesta del Presidente Enrique Peña Nieto es tener una nueva Ley del ISR y no de hacerle parches a la vigente.

El ISR es considerado la columna vertebral del sistema tributario mexicano, de ahí la importancia de esta iniciativa y las controversias que de entrada ya ha generado en los sectores productivos del país, para quienes la iniciativa y en general la reforma hacendaria, quedó corta. 

Es claro el espíritu totalmente recaudatorio de la iniciativa enviada al Congreso por el Ejecutivo federal el pasado domingo. Si bien se requiere elevar la recaudación, está debería de ser mediante la ampliación de la base de contribuyentes y no a costa de los mismos de siempre, quienes pagarán pero ahora hasta más con la eliminación de prácticamente todas las exenciones y el aumento del ISR a 32% para quienes ganen más de 500 mil pesos al año. 

Sin duda, uno de los sectores más afectados con la reforma hacendaria es el inmobiliario y el de construcción de vivienda y el hipotecario.

A los dos primeros se les eliminarían los privilegios fiscales de la deducibilidad, consolidación y exenciones, que durante todos estos años les he permitido a las empresas desarrolladoras la adquisición de terrenos para incrementar sus reservas de tierra, a las inmobiliarias la compra de venta de terrenos, hasta ejidales, sin tener que preocuparse por pagar impuestos, pues éstos se  difieren, exentan o se consolidan, es decir se trasladan como pérdidas a otras empresas del mismo grupo. Esto con la nueva ley ya no se podría hacer. 

En el sector hipotecario, al del financiamiento a la vivienda, la eliminación de la deducción del interés en los hipotecas tendría un efecto directo en los consumidores y con ello una disminución de la demanda, además de que se anticipa una mayor cartera vencida de aplicarse este gravamen. 

Las reacciones a la iniciativa de reforma hacendaria  han sido múltiples y en todos los sentidos. La última palabra la tendrán los legisladores, de quienes lo único cuerdo que hemos escuchado en los últimos días por parte de algunos de ellos, es que la “analizarán con lupa”.  

Esperemos pues que  así sea por el bien del país y que los diputados y senadores ahora sí estudien a conciencia y hagan sus aportaciones necesarias y suficientes para contar una legislación tributaria eficiente, justa y equitativa, pero sobre todo transparente y simple que invite realmente a pagar impuestos y no a la evasión y elusión fiscal.


Bancomext, vocación por pymes 

El Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) ha tenido una intensa actividad en los últimos meses, en particular por el sesgo que le han impreso en este gobierno de asistencia financiera y apoyo a la pequeñas y medianas empresas del país que realizan operaciones internacionales. 

Ayer, el Bancomext  lanzó su oferta de financiamiento en dólares para las pymes exportadoras, clientes del BBVA Bancomer, mismos que contarán con las garantías de ese banco de desarrollo que dirige atinadamente Enrique de la Madrid. 

La oferta crediticia avalada por Bancomext tiene como objetivo integrar servicios y productos diseñados para atender las necesidades de ese sector productivo,  debido a que el comercio exterior se ha convertido en el principal motor de crecimiento económico del país y del cual las pymes  participan con el 7% de las exportaciones y el 9% de las importaciones. 

Cabe destacar que el programa de Bancomext de financiamiento a pymes exportadoras e importadoras, a la fecha tiene un saldo de 2 mil 953 millones de pesos de garantías y crédito inducido en apoyo a 1,826 empresas.