La presencia del líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas en el Zócalo capitalino con la cúpula de la izquierda, no es una ocurrencia ni nada hecho al vapor, es más bien un claro mensaje que los perredistas perfilan como su nuevo dirigente.
En consecuencia su llegada para dirigir al sol azteca apuntalaría en automático la candidatura a la Presidencia de México en el 2018, de Miguel Angel Mancera, desactivaría a Marcelo Ebrard y dejaría sin la fuerza a Andrés López.
Los perredistas saben que necesitan de la unidad para evitar la fuga de militantes y el único que hoy puede lograr cerrar filas, es precisamente Cárdenas.
Anote que Andrés López salió del perredismo para fundar su propio partido y busca crecer en la militancia, pues como usted sabe la separación del PRD lo desmoronó de esos cercanos 15 millones de votos que logró en las elecciones presidenciales.
¿Quién de los grupos de la izquierda le podría decir que no al ingeniero Cárdenas, los de René Bejarano de IDN; “los Chuchos” de Jesús Ortega y el propio Jesús Zambrano; Amalia García con Foro Nuevo Sol; y hasta los pejistas con Alejandro Encinas?, naturalmente que nadie. Saben que el fundador de ese partido sigue siendo el militante más querido y aceptado por sus simpatizantes.
Cuenta con el respeto de los grupos parlamentarios de Miguel Barbosa en el Senado y Silvano Aureoles en San Lázaro, además de la Asamblea Legislativa con Manuel Granados, amén de los propios gobernadores de izquierda, Graco Ramírez de Morelos; Arturo Núñez de Tabasco y desde luego Miguel Angel Mancera.
La jugada para llegar a la dirigencia nacional del PRD, arrancó con el destape del ex Senador Carlos Navarrete y se sumó a la lista el ex jefe del gobierno del DF, Marcelo Ebrard. Ellos saben que no hay nada que hacer contra una figura de esa naturaleza, que no hay competencia y en consecuencia dejarían la ruta libre para Cárdenas.
Sin embargo, el escenario para trazar la ruta, primero a las intermedias del 2015 y luego a la Presidencia de México en el 2018, los perredistas necesitarán de algo más que su líder Cárdenas: operadores de tierra.
Una salida inteligente para desactivar sin ruptura y dejar libre el camino a la dirigencia de Cárdenas, sería llevar a Navarrete como el operador del partido para, entonces imprimir una dinámica que permita recorrer centímetro por centímetro del territorio nacional en la búsqueda de promover el voto y crecer la militancia.
Los perredistas saben que con Mancera pueden dar la pelea si llegan unidos al 2018, saben que necesitan trabajar en estados donde no existe ese partido, hay una militancia con una cifra irrisoria que demuestra el abandono del trabajo de tierra.
Hoy podemos comentarle que el PRD con Jesús Zambrano creció el partido en la confianza ciudadana por la incursión al Pacto por México del Presidente Enrique Peña Nieto, donde lograron sacar importantes reformas. La salida de Andrés López afectó de forma mínima y con Cárdenas siguen llenando el Zócalo.
El famoso diezmo, pero no dicen quien. Cada año, cuando se registra el Presupuesto en la Cámara de Diputados que hoy preside el panista Ricardo Anaya, se congregan enganchadores, asesores y todo tipo de personas desde acompañantes hasta representantes de importantes despachos en la búsqueda de lograr contratos de gobernantes o funcionarios que buscan llevar mejores recursos para sus proyectos y más.
Bueno, como siempre, no faltan las acusaciones o rumores de tráfico de influencias y que les cobran el famoso diezmo por los favores para gestionar recursos para diferentes proyectos, sobre todo de infraestructura que se asignaron más de 10 mil millones de pesos a los 500 diputados.
Al coordinador de los 116 diputados del PAN, Luis Alberto Villarreal se convirtió en una víctima más con señalamientos, eso sí de forma anónima, que buscan involucrarlo como un legislador que pide el diezmo a presidentes municipales. La acusación no lleva argumentos o pruebas y va de forma anónima, entonces es un golpe como dijo Silvano Aureoles del PRD, más mediático que hace daño como ´persona.
No pierda de vista que Silvano ayer enfrentó que Villarreal tiene muchas legislaturas y terreno político donde han compartido, que para él es una persona honorable y que no va entrar en especulaciones, pero eso sí dejó entrever que huele o hay sospecha de fuego amigo.
Entonces salió el peine, que los ataques pueden venir de los coorderistas que quieren arrebatar la dirigencia del PAN. Mientras no haya acusaciones serias, con documentos y rostros que den la cara, sin duda es una artimaña más de las famosas guerras sucias por el poder, pero que esta guerra huele al PAN del Senado.
