Si bien el INE de Lorenzo Córdova comenzó la rebatinga de su redistritación en el país, también es cierto que no habrá el famoso recorte de 100 diputados y 28 senadores que llegan como plurinominales, es decir por la famosa beca.
La propuesta llegó en la iniciativa que presentó el senador y entonces diputado federal, Arturo Zamora como un compromiso presidencial de Peña Nieto y, desde luego una tarea para los priistas en el Congreso, Emilio Gamboa y César Camacho.
La idea era precisamente disminuir de 500 a 400 el número de legisladores en la Cámara de Diputados y bajar de 128 a 96 el número de senadores.
Esa iniciativa de Zamora, si bien está viva lo triste para los mexicanos es que no haya tenido el impulso de las diferentes bancadas parlamentarias, llámese del PAN de Ricardo Anaya, PRD de Alejandra Barrales y hasta Morena de Andrés Manuel López Obrador.
Desde luego que es un mal mensaje para los mexicanos, no por el ahorro económico, sino porque el Congreso se presentaría con ese adelgazamiento en más productivo y menos costoso financieramente.
Agregue ahora otro lio en las entidades pues la redistritación lleva a unos estados o municipios les quitarán distritos o diputados para pasarlos a otros, una ruta que no elimina o incrementa los 300 Distritos, solo un reacomodo. En consecuencia la rebatinga pone entre la espada y la pared a los Consejeros del INE.
Zamora, que hoy dirige la CNOP en una charla estableció la necesidad de disminuir esos 100 plurinominales, aunque aceptó que los tiempos hoy en día no alcanzan para realizar la reforma Constitucional que se necesita para adelgazar el Congreso.
Está en puerta el proceso al 2018 y en consecuencia queda sin efecto, es decir ahora tendrá que esperar que pasen las elecciones presidenciales del 2018 y la renovación del Congreso, para dar entrada y ver si finalmente se puede concretar antes de las intermedias del 2021.
Algo muy grave esta por salir en el peritaje del socavón donde perdieron la vida padre e hijo y que tal vez deje muy pero muy mal parados al titular de Protección Civil de Morelos y su gobernador, pues acusan al primero que su impericia y falta de protocolos de acción provocó que el automóvil que cayó al fondo quedará sepultado bajo toneladas de tierra y concreto, pero provocado precisamente por las grúas y excavadoras que pretendían hacer el salvamento. De comprobarse, no dude que el resultado huela a cárcel.