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Líder sindical domina servicios de limpia en oficinas públicas

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El poder de algunos líderes sindicales es de tal nivel que no sólo se quedan con aportaciones de trabajadores al sindicato, sino que también buscan exprimir hasta el último peso de las instituciones para las que trabajan.

Este es el caso de Marco Antonio Reyes Saldívar, quien tiene una red de empresas de limpieza para supuestamente competir en forma abierta en contratos públicos. Nos referimos a Resico Operadora de Servicios, Kasper, Claver y Ocram Seyer, con las que entra a las licitaciones públicas y prácticamente controla el servicio de limpieza en la mayor parte de instituciones gubernamentales.

Ahora, entre las irregularidades que comete se encuentra el de una licitación en el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado, dirigido por José Reyes Baeza, uno de los funcionarios que se han caracterizado por limpiar la institución y no permitir actos de corrupción.

Por esta razón, Reyes Saldívar ha tratado de desprestigiar a Reyes Baeza, ya que por no ofrecer precios ni servicios competitivos no puede participar en la limpieza del ISSSTE.

Independientemente de lo anterior, es necesario que en todas las dependencias públicas se revisen los contratos, los costos y los servicios que se ofrecen por parte de Reyes Saldívar, ya que incluso los propios trabajadores de sus empresas se quejan de un trato inhumano y de recibir salarios muy bajos, menores en relación a los que ofrecen otro tipo de empresas serias. Ahora, nos comentan que no les quiere pagar a trabajadores contratados para limpiar el edificio principal del Centro Nacional de las Artes, porque está deshabitado.

Es inconcebible que un líder sindical que supuestamente se dedica a defender los intereses de los trabajadores, tenga como función real explotarlos y chantajear a las autoridades para mantener el control de los servicios de limpieza en instituciones gubernamentales. Por lo pronto, Reyes Saldivar es uno de los hombres más ricos del sector, lo que ha logrado gracias a la explotación de la clase trabajadora y de las presiones a los servidores públicos.