Por José Antonio Chávez
El líder nacional del PRI, Enrique Ochoa en el encuentro con diputados y senadores con sus respectivos coordinadores, Emilio Gamboa y el entonces César Camacho, no quitó el dedo del renglón de echar toda la carne al asador para refrendar el triunfo presidencial con José Antonio Mead.
Ochoa es un político que su llegada al partido como mandamás, en lugar del político –tal vez el más completo del país- Manlio Fabio Beltrones, tuvo que remar contra corriente para convencer que la tarea es de todos los priistas y no solo de él.
Que se necesita de todos los esfuerzos de militantes y de todos los liderazgos para refrendar el triunfo que se recuperó en el 2012 con Enrique Peña Nieto.
Obviamente les recordó del histórico Pacto por México que lograron con el PRD y PAN para impulsar las reformas estructurales que el Presidente presentó para transformar nuestro país.
Gamboa también pidió seguir trabajando en la concreción de las reformas estructurales, con un proyecto de Nación estable y con rumbo, hasta lograr que la mayoría de los mexicanos tengan acceso a más oportunidades de educación, salud y empleos; que el 2018 será un buen año para las familias mexicanas.
Hay reformas que hoy son elementales en el ahorro de los bolsillos de los mexicanos, pero tal vez la falta de una buena comunicación ha fallado. Ejemplos, la de Telecomunicaciones desapareció la larga distancia, disminuyo hasta 50 por ciento o más, de las tarifas de telefonía celular y otros beneficios que se desconocen aunque se palpan. Falta poner borden a las aerolíneas, pero bueno, es tarea de la SCT.
La semana pasada, Ochoa en la clausura de la plenaria de los senadores del PRI, presentó las cifras de una encuesta de un diario nacional, y en la que colocan a su candidato Mead en una cercanía con el puntero Andrés Manuel López Obrador.
Si bien las encuestadoras quedaron mal paradas en el 2016 cuando la mayoría, por no decir todas, les fallo el cálculo y los resultados fueron totalmente diferentes y adversos, bueno, hoy se han convertido para los partidos políticos, nuevamente, en los parámetros para medir a sus gallos.
Tal vez las encuestas no sean confiables, pero pueden ser alicientes para los que van arriba y para los de abajo cuando van alcanzando, que no se desmotiven.
Ochoa respaldo el trabajo que se hace en la precampaña y adelanto incluso que ya preparan sorpresas para la campaña constitucional, pues confía, desde luego que remontaran el marcador, que consideró ya es mínimo, para ganar la Presidencia de México.
Dicen los que saben que Mead no levanta y es preocupante, una preocupación que han hecho llegar al líder priista Ochoa y hasta en Los Pinos.
Tal vez por eso Ochoa salió al paso para buscar arreglar los desperfectos en el equipo de Mead y arrancar la construcción de esa estrategia que adelantó serán sorpresas en la carrera final por la Presidencia.
Lo que sí es un secreto a voces es que ni AMLO, ni Mead, ni Ricardo Anaya se ven como favoritos o ya sentados en la silla presidencial, es decir, a la fecha no hay nada para nadie, pues sin duda las encuestas también son engañosas.
TRAIGO LAS FALDAS BIEN PUESTAS y no me temblara la mano, soltó la inminente candidata del Frente por México, Alejandra Barrales a respuesta si le entrará a gobernar con mano firme o será pura simulación.
Barrales ha crecido en las preferencias en los últimos días, tal vez por estas declaraciones donde defiende intensamente su proyecto para gobernar la Ciudad de México, una tarea compleja y nada sencilla.
No esconde que los problemas que vive el país también le pegan a la Ciudad, sin embargo defiende que hoy por hoy la Ciudad de México sigue siendo la mejor para vivir y, desde luego es un punto a favor para su actual gobernante, Miguel Angel Mancera.
No hay duda que se nota la mano negra del equipo de Barrales, pues su presencia ha crecido en los últimos15 días comparados con sus adversarios, Claudia Sheinbaum y Mikel Arriola.
EN QUINTANA ROO, parece que les ha pegado pero muy en serio la inseguridad y la corrupción al gobernador del PAN-PRD, Carlos Joaquín y al alcalde de Cancún, el verde ecologista, Remberto Estrada.
Primero, al gobernador la PGR logró la detención del que fuera su secretario de fianzas hasta hace un mes, Juan Vergara, acusado por presunto lavado de unos 50 millones de pesos y más. Le salpicaron al gober que fuera priista de hueso colorado, hasta que le negaron la candidatura hace un año, porque señalan las acusaciones que le patrocinaron su campaña. Que es un pleito de partidos.
Y en Cancún, bueno la imagen de inseguridad ante ejecuciones tras ejecuciones, han calentado tanto la plaza que el alcalde no sabe qué hacer o, mejor dicho mostró su incapacidad, aunque no pierde la esperanza de buscar reelegirse.