Si bien la infraestructura y la seguridad pública serán condiciones fundamentales para el éxito de las Zonas Económicas Especiales, el principal reto estará en conseguir mano de obra calificada para las empresas que ahí se establezcan, asegura Marcos Carrasco, abogado especialista en comercio exterior de Foley Gardere Arena.
“Ante la llegada de nuevas empresas para crear un desarrollo regional integral, habrá retos para la atracción y retención de talento. Mientras la zona del Bajío cuenta con universidades y tecnológicos para proveer de profesionales a la industria automotriz y manufacturera, las ZEE deberán crear servicios de educación, de salud y vivienda, para atraer a los trabajadores y que se establezcan en esas zonas”, explica.
Cita como ejemplo la zona del Istmo de Tehuantepec, donde se piensa establecer una de las siete ZEE, que es predominantemente rural y en la que no hay universidades y tecnológicos suficientes.
“Si sólo se tratara de la creación de parques industriales con beneficios fiscales y aduaneros habría sido mejor darles un giro a los recintos fiscalizados estratégicos para revivirlos, pero estos proyectos plantean un desarrollo integral que requerirá de un esfuerzo de varios años para presentar resultados concretos”, sostiene el especialista de la firma con clientes en México, Estados Unidos, Asia y Europa.
Un segundo reto, opina, será lograr las condiciones para la implementación del régimen aduanero preferente para las empresas interesadas en invertir en las ZEE. Opina que si bien el marco normativo preferente se ha venido estableciendo de manera general en los Decretos que establecen cada una de las ZEE, aún habrá que trabajar en las reglas de operación particulares.
“Tener reglas de operación claras para que empiecen a operar las empresas ancla, y de manera particular, para que puedan comenzar a importar maquinaria e infraestructura industrial a través del régimen preferente propuesto, será un componente adicional que incidirá en la atracción de inversiones”.
El escenario ideal es que para el cierre del sexenio ya haya por lo menos 7 empresas ancla en cada una de las zonas y algunos proveedores, de otro modo se corre el riesgo de que las ZEE se conviertan en algo similar a los recintos fiscalizados estratégicos que tuvieron mucha promoción en su lanzamiento, pero no se crearon las condiciones para fomentarlos, concluye.