Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Temas Centrales – Les agarraron las prisas

Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Miguel Tirado Rasso

Como ya es tradicional, cuando toca la terminación del último período ordinario de sesiones del Congreso de la Unión a los legisladores de las cámaras de diputados y senadores les entran las prisas por aprobar, como sea, el mayor número de minutas pendientes. Un cargo de conciencia propio, tal vez, por trabajos no concluidos, que no descarta el interés por mejorar la estadística a la hora de hacer el balance sobre el resultado de su trabajo durante los seis años de la gestión de los senadores y, los tres, de los diputados federales.

Por ejemplo, los diputados votaron, en una intensa jornada de aprobaciones al vapor, cerca de 60 dictámenes, en su penúltimo día de sesiones (el último fue solemne, para clausurar el período). Entre éstas encontramos las declaratorias del Día Nacional del Balance Trabajo-Familiar (1 de junio); del Día Nacional del Tequila (tercer sábado de marzo); el del Cine Mexicano (15 de agosto), y el del Cacao y el Chocolate (2 de septiembre).

Pero ante la imposibilidad de sacar todos los pendientes, numerosas minutas acumuladas a lo largo de estos últimos seis años, se sumarán, a las muchas más que, a su vez, anteriores legislaturas, han dejado pendientes. Rezagos legislativos de temas diversos, algunos cuya importancia y trascendencia, obligaría a darles prioridad, pero que por variadas razones, la coyuntura política e intereses, la más frecuente, se quedan en la congeladora.

Así sucedió en esta ocasión. La coincidencia entre las diferentes fuerzas políticas representadas en el Congreso para la atención de ciertos temas como los del combate a la corrupción, medidas contra la impunidad y estrategias para mejorar la seguridad pública, habría supuesto que, con algunos matices y tras intensos debates, las minutas deberían haber sido aprobadas.

Pero las discusiones se prolongaron más de lo deseable hasta coincidir con los tiempos electorales y todo lo que a estos rodea, lo que contaminó el trabajo legislativo hasta el grado de que no hubiera manera que los legisladores de los diferentes partidos se pusieran de acuerdo. En el extremo y, en algunos casos, tampoco lo hubo entre los diputados y senadores del mismo partido. Así se quedaron pendientes en el Senado, entre otras, la creación de una Fiscalía General autónoma e independiente, la ratificación de 18 magistrados anticorrupción, la designación del Fiscal Anticorrupción, la eliminación del fuero y el mando mixto de policía.

Pero como no hay mal que por bien no venga, al menos en un caso, el de la abolición del fuero constitucional, su no aprobación fue una buena noticia. La desesperación y la demagogia son malos consejeros. Se entiende que la impunidad ha llegado a niveles insoportables y que la población demanda acciones efectivas para combatirla. Que el tiempo pasa y las cosas no mejoran. Y que el mal uso del fuero, pero sobre todo, su errónea interpretación y manejo, han tergiversado totalmente su esencia y su verdadero propósito.

Ante esto, surgen propuestas, más de ocurrencia que de reflexión, de impacto mediático, pero que no garantizan buenos resultados porque no ven más allá de lo inmediato. Por supuesto que ante la desesperación que generan los ejemplos de servidores públicos corruptos que evaden la justicia, la eliminación del fuero al Presidente de la República y demás funcionarios que gozan de inmunidad procesal, suena bien y tiene una muy buena recepción popular, pero la medida, tiene gran dosis de demagogia, que hay que analizar con mucho cuidado, porque a la larga puede resultar más perjudicial que benéfica.

En opinión de expertos constitucionalistas como Diego Valadés, académico emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la reforma que elimina el fuero, aprobada por la Cámara de Diputados, “es un decisión precipitada, irresponsable y que puede conducir a la ingobernabilidad…. Es una de las mejores medidas que se podrían tomar, si se quiere inmovilizar al próximo mandatario”.

El investigador señaló que entre 2003 y 2017 se presentaron más de 350 solicitudes de juicio político que no prosperaron, lo que muestra su inutilidad, pero que tratándose del próximo Presidente, puede ser un instrumento para tenerlo en acoso permanente. El Senado decidió no avalar la minuta enviada por su colegisladora y someterla a discusión en una sesión extraordinaria en las próximas semanas, someterla a un profundo analisis, corregir sus omisiones y deficiencias, tomando en cuenta la opinión de los expertos, investigadores y ministros de la Corte.

En un tema tan delicado, hay que evitar las precipitaciones y llama la atención que algún senador del PAN sugiriera legislar contra reloj, proponiendo que se aprobara la minuta en sus términos, con todo y sus defectos, bajo el argumento de que a los diputados no les daría tiempo procesar las modificaciones por el cierre del período. Para este acelerado legislador, lo importante era sacar la ley y no la calidad de ley que se requiere.

Es el estilo del “ai se va,” que tanto daño le ha hecho al país.