Por José Antonio Chávez
Después de los encuentros con empresarios y fumar la pipa de la paz, Andrés Manuel López Obrador parece que cambio de idea de echar atrás el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Ahora se inclino por buscar una consulta ciudadana, después del 1 de julio para que en caso que resulte ganador, proyectar incluso con el Presidente Enrique Peña Nieto nuevos acuerdos que conlleven a concesionar la obra.
La preocupación de López Obrador es que el gobierno federal no le siga metiendo dinero a esa obra, que sean los inversionistas los que le metan la lana y entonces si se evite lastimar al erario público.
Que van a checar qué tan viable es y con cuantos recursos se cuenta para seguir, pero con mayor urgencia sería concesionar, incluso a las mismas empresas que están ya trabajando, que sean ellas las que terminen el proyecto.
Bueno, al menos López Obrador levantó esperanza y tal vez hasta regresar la certidumbre al empresariado para evitar les frene la obra donde se ha gastado miles de millones de pesos.
Si agregamos que hay contratos licitados por el gobierno y que, si se cancela López Obrador sabe que generaran demandas y un alto costo económico al país. Tal vez por eso el cambio de actitud y la cerrazón con su necedad.
Dicen los que saben que lo que si estaría más que bien y con mucho respaldo ciudadano, es que cualquiera de los candidatos que logre el triunfo, inicie una revisión de cómo se entregó esa obra a los inversionistas para transparentar la legalidad.
Esa sería una buena salida sin duda y avalaría, entonces sí que la obra se está haciendo con toda legalidad y transparencia. De lo contrario que se castigue a quien se tenga que castigar y se enderece para nuevos concursantes.
Los mexicanos ya no tienen confianza en sus autoridades y tampoco quieren más sorpresas, cada que se concluyen millonarias magno obras sale el peine, cuando no es que se doblo el presupuesto, entonces aparecen faltantes y desvió de recursos. Eso es lo que ya no se aguanta y ha generado hartazgo.
El giro que le dio López Obrador a la necedad que había mostrado de cancelar el Nuevo Aeropuerto, coadyuvara a retener las inversiones y generar la confianza en los mismos empresarios, pues el propio presidente del Senado, Ernesto Cordero había advertido que cancelarlo será catastrófico para México, pues no solo ahuyentaría sino retirarían las inversiones, por eso, este golpe de timón puede ser significante en la imagen como país.
TRABAJAR SIN REGATEOS POR MEXICO. Emilio Gamboa refrendo su participación en la construcción de un nuevo andamiaje legal que les permita al país un mayor desarrollo, que eso si sin regateos y, desde luego, dejando atrás intereses partidistas.
Para el legislador es gratificante, hoy en día, observar que con los cambios en materia laboral, educativa, energética y telecomunicaciones México se encamina mayores niveles de desarrollo.
¡VIVA MEXICO EN EL ZOCALO! Por lo menos el triunfo de México contra Alemania, histórico por cierto, dejó buen sabor de boca a los mexicanos y doble festejo por el Día del Padre. Desde luego que el jefe del gobierno capitalino, José Ramón Amieva se anoto un golazo por instalar las pantallas gigantes en la plancha del Zócalo para deleite de los aficionados y que se corono por ganar el TRI al campeón del mundo.
Anote unos 70 mil ahí y otros 20 mil en el Angel de la Independencia, un escenario de fiesta popular para olvidar, aunque sea por un día el lodazal de las campañas políticas.