Por José Antonio Chávez
Desde que asumió como Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador ofreció a los contratistas o grupos empresariales involucrados en la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que si se cancelaba ellos no perderían dinero y mucho menos la oportunidad de seguir la construcción aunque fuera en otra parte.
López Obrador les volvió a repetir que si la Consulta favorecía cancelar esa magna obra simplemente respetaría los contratos y, esos empresarios los llevaría hacia donde marcaran los resultados. Ganó Santa Lucia.
Lo dijo una y otra vez, tal vez por eso se marcó el encuentro con los empresarios contratistas, si bien no han sido todos convocados o con espacios de agenda, anote que acudieron dos de los más importantes, las firmas Hermes con Alberto Pérez Jácome y Guadalupe Philips de ICA.
Ambos ofrecieron entera satisfacción de la plática con el que será el próximo Presidente el primero de diciembre. La idea de AMLO es precisamente conciliar con el empresariado y más con los que llevan la construcción de este Nuevo Aeropuerto.
Está sobre la mesa la propuesta de seguir trabajando bajo ese mismo esquema de los contratos que ganaron bajo la licitación, en consecuencia deberán solo esperar para que una vez que asuma este nuevo gobierno entonces se pueda tomar esas decisiones.
Suman más de 30 mil millones de pesos en contratos esas dos empresas y para nadie es secreto que si el ofrecimiento es que no perderán dinero y seguirán trabajando con esas mismas condiciones que hacían en Texcoco, pues es natural que su decisión fue más que positiva y porque no agregar que apostaran por apoyar al nuevo gobierno para trabajar por México.
El mensaje sin duda fue conciliador y ahora basta esperar el comportamiento de las calificadoras financieras.
Para reforzar se evite el pronóstico de las voces que proyectaron una alza del dólar y la caída de confianza de los inversionistas extranjeros, el propio coordinador de la bancada con mayoría absoluta en la Cámara d Diputados, Mario Delgado adelanto que de esas pláticas dependerá el Presupuesto del 2019.
Es decir, la idea es conciliar con los empresarios y cuyas propuestas son seguir trabajando en ese esquema de sus contratos o de plano decidan porque se les indemnice. Si fuera esta última su decisión, entonces esos recursos entrarían en el Presupuesto para su liquidación.
Pero yo me preguntaría, ¿Quién de los empresarios que este cuerdo le daría reversa a sus propios contratos que les están respetando, solo por cambiar la sede de construcción?
Obviamente que nadie, pues como dicen los que saben que no hay borracho que coma lumbre, es decir lo que se busca, en cualquier empresa es trabajar por dinero y aquí sigue misma ruta que les comprometieron desde que arranco en Texcoco sin perder de vista que también los contemplan para otras obras como el Tren Maya, Tren México-Querétaro, etcétera.
Por eso saben que o aceptan o que se olviden de otras obras, al menos en este sexenio, una situación que definitivamente no les favorece. La sonrisa es obligada guste o no guste, pues los políticos generalmente le llaman cuando no están de acuerdo pero tienen que aceptar con buena cara que hay que comer sapos sin hacer gestos.
Mario Delgado, que basta recordar como economista fue el Secretario de Fianzas en el gobierno de Marcelo Ebrard, sabe de los números y ahora también de la polaca.
Por eso adelanto para apagar esas voces que incluso los tenedores de bonos que se emitieron por seis mil millones de dólares para financiar el Aeropuerto tienen su rendimiento garantizado, porque se basa en la generación de ingresos a partir de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) de la actual terminal aérea de la CDMX.
La próxima semana se espera nuevos encuentros con otros empresarios e incluso se habla del propio Carlos Slim de Grupo Carso, para definir el o los grupos que apostaran a estos nuevos proyectos, es decir quienes se quedan quienes se van y quienes llegan nuevos para trabajar en los tres Aeropuertos, Toluca, CDMX y Santa Lucía.
EL 2019 POR LEY TODOS GANAN MENOS QUE EL PRESIDENTE
La juagada maestra que se aventaron en el Senado de la República los morenistas de Ricardo Monreal, con su presidente Marti Batres, de bajar salarios en los tres Poderes de la Unión para que nadie gane más de 108 mil pesos, entrara en vigor en el nuevo Presupuesto del próximo año.
Ahora vamos a ver como les cae a los Ministros que mandan en el Poder Judicial, los mismos Consejeros Electorales que se sentían hechos a mano y sus propios subalternos por igual, vamos todos aquellos que alzaron la voz incluso de amparar esa decisión.
Bueno, por lo menos podemos estar seguros que en diciembre recibirán completos sus ahorros en la caja de gobierno y sus jugosos aguinaldos que, en algunos casos las cifras son tan altas que lastiman u ofenden a ciudadano común y corriente.
El 15 de diciembre es la fecha fatal para aprobar el Presupuesto y en consecuencia sabremos de qué está hecho este Congreso, vaya si se etiquetan los dineros para cumplir lo que prometió el próximo Presidente o quedaron lagunas por falta de recursos.