– Confianza del consumidor (junio): 106.1pts (cifras originales); Banorte: 108.9; consenso: 107.3 (rango de estimados: 106.0 a 109.6); anterior: 108.1pts
– La confianza presentó un incremento de 18.2% en términos anuales, aunque con la tasa de avance moderándose por cuarto mes consecutivo
– Con cifras ajustadas por estacionalidad, la confianza cayó 1.6% m/m, con el subíndice de bienes duraderos el más afectado (-5.7%) y retrocesos tanto en las expectativas de los hogares como del país. Por el contrario, los componentes de condiciones actuales mejoraron en el margen
– Continuamos esperando una moderación de la confianza, con el optimismo político a la baja y la desaceleración en otros indicadores económicos pudiendo tener un impacto más claro en el corto plazo
La confianza del consumidor vuelve a caer en junio. De acuerdo al reporte, la confianza del consumidor cayó por cuarto mes consecutivo al ubicarse en 106.1pts, menor tanto al consenso en 107.3pts como a nuestro estimado de 108.9pts. Cabe señalar que este retroceso no es consistente con la reciente y alta correlación que había presentado con el sentimiento político medido a través de la aprobación presidencial. En particular, el poll of polls de la página especializada Oraculus mostró que la aprobación neta pasó de 46% al cierre de mayo a 47% a junio, específicamente al cierre del periodo de muestra del indicador. Además, la encuesta diaria de El Economista/Consulta Mitofsky mostró que la aprobación pasó de 59.9% (el 20 de mayo, último día de la encuesta de confianza) a 62% un mes después. En nuestra opinión, esta dinámica pudo haber estado explicada por el apoyo popular tras la amenaza de imposición de aranceles a todas las importaciones mexicanas en Estados Unidos. Creemos que un impacto negativo adicional estuvo limitado por la pronta solución de esta situación, a pesar de que se mantiene un riesgo latente. En este sentido, otros eventos pudieron haber impactado el sentimiento, tales como los cambios a la calificación y perspectiva de la deuda soberana del país por dos agencias calificadoras, entre otros.
Por componentes, destacamos que los subíndices de expectativas futuras se mantienen como los niveles más altos en términos absolutos. En particular, las expectativas futuras sobre el país se ubican en 110.4pts (+22.1% anual), aún elevadas pero con una persistente moderación después de haber alcanzado un máximo histórico de 131.1pts en diciembre pasado. Adicionalmente, el componente que mide la posibilidad de adquirir bienes duraderos cayó por debajo del umbral de 100pts por primera vez desde noviembre de 2018. En contraste, y del lado más positivo, las condiciones actuales del país se incrementaron a 107.1pts (+33.9%) desde 106.8pts en mayo.
Con cifras ajustadas por estacionalidad, la confianza retrocedió 1.6% m/m, hilando cuatro meses a la baja. En contraste con meses previos, el índice de compra de bienes duraderos fue el más presionado, retrocediendo 5.7% m/m, acelerando su ritmo de caída después del -3.6% del mes previo. Consistente con nuestra perspectiva de una normalización gradual, el componente de expectativas futuras del país continuó cayendo (-3.9%), acumulando una contracción de 11.4% en lo que va del año, aunque permaneciendo por arriba de los niveles observados antes de la elección presidencial del año pasado. Las expectativas futuras de los hogares también mostraron un retroceso. Por el contrario, ambos subíndices de condiciones actuales se incrementaron por primera vez desde febrero, lo cual creemos podría estar explicado por la ligera moderación en la inflación en las últimas quincenas.
Consideramos que se mantienen las condiciones para que la confianza continúe moderándose. A pesar de que el dato de hoy apuntaría a que la fuerte correlación entre el sentimiento político y la confianza está disminuyendo, consideramos que la moderación del optimismo en este frente, en conjunto con la dinámica de otros indicadores económicos, sugiere que la confianza mantendrá su trayectoria a la baja. Dentro de estos, creemos que la desaceleración del ritmo de creación de empleos y de la actividad económica por lo menos limitarán una fuerte alza. En particular, creemos probable que impacten las condiciones actuales de los hogares y del país. Adicionalmente, algunos bienes tales como la gasolina y bienes agropecuarios podrían experimentar presiones en el corto plazo, impactando la inflación y al componente de adquisición de bienes duraderos. Mantenemos nuestra expectativa de que la confianza, que se mantiene elevada en comparación con su promedio de largo plazo, continuará moderándose gradualmente. Adicionalmente, continuamos viendo que la confianza esta poco correlacionada con los datos realizados de consumo privado, el cual ha crecido a un menor ritmo desde el 4T18. En nuestra opinión, esta dinámica persistirá dado que el sentimiento ha estado influenciado mayormente por factores políticos y no económicos.