Agustín Vargas
· Anticipa mayor desaceleración económica
· Incertidumbre en política local, un lastre
Por tercera ocasión consecutiva en este año el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó sus estimados de crecimiento para la economía global y espera una expansión de 3.2% del PIB global en 2019 (-0.1% comparado con las de abril 2019) y de 3.5% en 2020 (- 0.1%).
En la actualización de sus perspectivas económicas a nivel mundial, toca de refilón el caso de México, y hace referencia a que la atonía la atonía de la inversión, provocada por incertidumbre política local, menor consumo interno y costos elevados de endeudamiento (que podrían aumentar dado el riesgo de degradación en la calificación crediticia del soberano), son los principales factores de la desaceleración económica.
Por supuesto que estos datos serán refutados esta misma mañana por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, no sin antes haberle causado un nuevo dolor de cabeza y enojo porque seguramente el mandatario tiene otros datos, que distan mucho de los que ofrece el FMI.
Más allá de la discusión estéril que causa el jefe del Ejecutivo cuando las cifras no le agradan porque desde su óptica están fuera de contexto o de la realidad, lo importante aquí son los focos amarillos que siguen encendidos sobre la economía mexicana, que no alcanza a despegar por más discursos y promesas que se sigan ofreciendo.
En las proyecciones de julio de 2019, el FMI El organismo considera que persiste la desaceleración global y el bajo crecimiento, además de que se han materializado algunos riesgos desde la última publicación en abril de este año.
La desaceleración global ha sido mayor a la esperada debido a una débil demanda de bienes de consumo duradero (autos) y menor inversión a nivel global. Esto refleja poca confianza entre empresarios y consumidores para realizar compras o gastos con implicaciones de largo plazo.
La menor confianza se desprende principalmente de la incertidumbre con respecto a la disputa comercial entre China y EU, sus efectos en las cadenas globales de valor dentro del sector de tecnología y la persistente incertidumbre sobre el Brexit.
El comercio ha sido el más afectado, con una contracción en su volumen de (-) 0.25% en el 1T19, después de ver una contracción mayor a (-) 2% en el 4T18; esto como resultado del gran peso que tienen el comercio de maquinaria, equipo y el sector automotriz en los intercambios internacionales.
Los recortes más importantes a las expectativas de crecimiento se dan sobre todo en países emergentes. Latinoamérica y Asia emergente han presentado números sorpresivamente débiles en el 1T19 que obligaron al FMI a reducir sus estimados para el cierre de año. Destacan los recortes al crecimiento de Brasil (0.8%e. 2019; -1.3 vs abril), México (0.9%e. 2019; -0.7 vs abril) y Sudáfrica (0.7%e. 2019; -0.5 vs abril).
Caso México
En el caso de México, el FMI cita la atonía de la inversión, provocada por incertidumbre política local y mundial, menor consumo interno y costos elevados de endeudamiento (que podrían aumentar dado el riesgo de degradación en la calificación crediticia del soberano).
China, por su parte, se espera resista a la desaceleración dados los estímulos del gobierno, por lo que vio sólo ligeros ajustes a la baja (-0.1 en ambos años: 6.2% e. 2019, 6% e. 2020) a pesar de ser objetivo de la guerra comercial.
En las economías avanzadas el escenario es opuesto: algunas economías sorprendieron con mayor crecimiento en el 1T19, dada la resistencia del consumo interno, lo que provocó ajustes al alza en sus estimados.
Para Estados Unidos, el crecimiento se corrigió sustancialmente al alza para 2019 (de 2.3% a 2.6% en 2019; 2020 permanece en 1.9%), como resultado de los sorpresivos números del 1T19, en los que la economía se vio impulsada por inventarios y exportaciones netas. Sin embargo, el FMI espera seguir viendo desaceleración hacia adelante en este economía, a medida que se diluye el estímulo fiscal.
Para Europa, mantuvo sus estimados de 2019 en 1.3%, pero ajustó ligeramente al alza los de 2020, esperando que algunos factores temporales (clima, regulaciones) se diluyan y permitan la recuperación de la actividad económica.
El FMI considera que los riesgos al crecimiento global siguen sesgados a la baja y se han intensificado en los últimos 3 meses. Dentro de los riesgos más importantes enuncia:
1) Disrupciones al comercio y a las cadenas de valor del sector tecnológico – riesgo de que eventos adversos (escalamiento guerra comercial, Brexit, aranceles a automóviles) eliminen la confianza y se deteriore el crecimiento económico;
2) Cambios abruptos en la percepción de riesgo – episodios de aversión al riesgo en los mercados que descubran vulnerabilidades financieras (especialmente, el exceso de endeudamiento en el sector corporativo); éstos podrían ser detonados por la guerra comercial, el deterioro de cuentas públicas y riesgos de impago en economías muy endeudadas, mayor presión en emergentes con problemas (Turquía, Argentina), o una mayor desaceleración en China;
3) Desinflación – temores por espirales deflacionarias; menor inflación y menores expectativas de inflación elevan las dificultades para el pago de obligaciones financieras, afectan el gasto de inversión corporativa, reducen el margen de la política monetaria para evitar una desaceleración mayor y hacen más vulnerables a las economías ante shocks negativos (el bajo crecimiento global podría ser más persistente).
Para 2020, el FMI ve una recuperación limitada de la economía global, sujeta a riesgos. El escenario de 2020 proyectado por el FMI depende en 70% de la estabilización de economías que actualmente sufren presiones, como la europea (que podría recuperarse a medida que se diluyen factores temporales que obstaculizaron el crecimiento), la china (que se espera refleje los estímulos fiscales y monetarios) y la recuperación de economías como Turquía o Argentina.
Además, contempla una gradual solución a los conflictos comerciales, una política monetaria más acomodaticia y un sentimiento positivo en los mercados que no afecte las condiciones financieras globales. Un escenario muy frágil dados los riesgos presentes en la actualidad.