El Fed prepara mayores estímulos para 2020
▪ La epidemia de Coronavirus ha desatado preocupaciones significativas sobre un impacto más severo en la actividad económica global.
▪ En nuestra opinión, el Fed recortará el rango de su tasa de referencia en 50pb, en un ajuste de una sola vez, en su próxima reunión del 18 de marzo.
▪ No descartamos una acción coordinada por los ministros de finanzas y banqueros centrales del G7 tras la reunión que llevarán a cabo mañana.
▪ No obstante, si bien mandarán un mensaje fuerte, los bancos centrales podrían actuar solo hasta sus próximas reuniones regulares.
▪ Este escenario otorga soporte a nuestra expectativa de que Banxico continuará con el ciclo de relajamiento al menos hasta llevar la tasa de referencia a 6.50%.
El Coronavirus ha generado preocupaciones significativas sobre un impacto más severo en la actividad económica global. Aunque estamos en la etapa inicial de la epidemia COVID-19, los inversionistas recuerdan el efecto adverso del SARS en 2002/2003. En esos años, China acababa de entrar a la Organización Mundial de Comercio (11 de diciembre de 2001), sin embargo, actualmente representa una mayor proporción del comercio global. En aquel momento, el SARS tuvo una repercusión de casi 1pp en el PIB de China, con un impacto moderado para la economía global (entre 15 y 20pb). Hoy, este reto es más relevante. La OCDE, en su Perspectiva Económica 2020, anticipa en su escenario base un impacto de 50pb en el crecimiento global. La estrategia de contención del gobierno chino incluye dos implicaciones evidentes: Una disrupción significativa en las cadenas de suministro, con las empresas trabajando a baja capacidad; y un impacto significativo en la dinámica de consumo (principalmente en Asia). Es importante resaltar la rápida propagación del virus a otros países tales como Corea del Sur, Italia, Irán y Japón que ha resultado en una fuerte contracción del turismo y otros servicios, representando un factor negativo adicional a la débil economía en aquellas regiones. En este contexto, este nuevo evento ha incrementado el debate sobre una posible recesión global en 2021 y si las consecuencias negativas serán de corto plazo
A pesar de la amenaza del COVID-19 al crecimiento de China y de otras regiones, el desempeño de EE.UU. ha sido más resiliente. Actualmente, la epidemia ha resultado en un choque de oferta para la economía de EE.UU. con efectos limitados en el lado de la demanda. Datos recientes soportan la tesis de una economía en pleno empleo. No obstante, todavía es incierta la magnitud del impacto potencial que tendría en los siguientes meses.
La Reserva Federal podría atenuar las recientes preocupaciones relajando su política monetaria con un recorte de una sola vez de 50pb en su próxima reunión del 18 de marzo. Aunque los principios de política monetaria sugieren que la efectividad es socavada por los choques de oferta, la Reserva Federal enfrenta hoy en día un gran dilema dada la reciente corrección en los mercados (e.g. un ajuste semanal en los índices accionarios estadounidenses no observado desde la gran crisis de 2008/2009) y la posibilidad de que la actual crisis de salud resulte en una baja significativa en la confianza de las empresas (e.g. afectando las inversiones) y de los consumidores. Ante estas preocupaciones y el rápido deterioro de las condiciones financieras en días recientes, los ministros de finanzas del G-7 y bancos centrales tendrán una conferencia, el día de mañana, para lograr acciones coordinadas para contrarrestar el efecto económico negativo del Coronavirus. No descartamos acciones en este sentido tras dicha reunión. De tal forma, el Fed podría efectuar una acción preventiva el 18 de marzo recortando su tasa de referencia, especialmente después de los comentarios del presidente Powell asegurando a los inversionistas que el banco central está consciente de los riesgos asociados al COVID-19 y que utilizará todas las herramientas a su alcance “actuando apropiadamente” para soportar la economía.
Adicionalmente, coincidimos con documentos publicados por el Banco de Pagos Internacionales, en años recientes, que argumentan que aquellos bancos centrales confiables pueden usar su reputación (e.g. credibilidad) durante choques de oferta al enfrentar un balance poco claro entre la inflación y la brecha del producto. Esta situación les permite anticiparse a los efectos negativos del choque a la economía. Siguiendo todos estos factores, estamos cambiando nuestro escenario previo de un Fed neutral en 2020 por un nuevo escenario base en el que el FOMC tendrá una rápida respuesta con un recorte de una sola vez de 50pb en su próxima reunión del 18 de marzo.
La curva de rendimientos descuenta estímulos adicionales. En un contexto de incertidumbre y alta volatilidad, los inversionistas anticipan estímulos adicionales por parte de los principales bancos centrales para mitigar los riesgos financieros y económicos derivados del Coronavirus. En este sentido, la curva de rendimientos en EE.UU. ya descuenta poco más de 100pb de recortes adicionales este año, con mayores posibilidades de estímulo en las siguientes decisiones de política monetaria, el 18 de marzo y el 29 de abril. El panorama de mayor lasitud, aunado a una fuerte aversión al riesgo, ha llevado a las tasas de los Treasuries norteamericanos a nuevos mínimos históricos, especialmente en instrumentos de mayor plazo.
Este escenario otorga soporte a nuestra expectativa de que Banxico continuará con el ciclo de relajamiento al menos hasta llevar la tasa de referencia a 6.50%. Las condiciones actuales en el mercado representan un gran reto para el Banco de México. Por un lado, la fuerte depreciación del peso representa un riesgo para la dinámica de inflación (e.g. inflación subyacente, bienes), para uno de sus mecanismos de trasmisión más eficiente (i.e. expectativas), y para la percepción de estabilidad financiera entre agentes económicos. Desde finales de 2018, el peso reflejó un mejor desempeño comparado con sus pares emergentes, soportado principalmente por el atractivo carry.
Sin embargo, el MXN ha sido fuertemente afectado en las últimas dos semanas ante las noticias negativas en torno al COVID-19 y la mayor aversión al riesgo en los mercados globales. Durante este tiempo, el MXN se ha depreciado significativamente (5.7% desde su mejor nivel alcanzado el 14 de febrero en 18.54 por dólar) y ha marcado su peor desempeño al interior del espectro de divisas EM. Esto podría resultar en mayor cautela por parte de Banxico hacia delante. Por otro lado, el debilitamiento de las condiciones económicas derivado de los efectos del Coronavirus y la rápida respuesta por parte de la Fed y otros bancos centrales brindan a Banxico espacio para continuar con el ciclo de relajamiento de tasas que inició el segundo semestre del 2019. Esta combinación de factores refuerza nuestra expectativa de dos recortes adicionales (25pb cada uno) en las siguientes decisiones de política monetaria el 26 de marzo y el 14 de mayo, alcanzando una tasa de 6.5% (nuestro estimado de fin de 2020). Sin embargo, no descartamos estímulos adicionales en caso de ser necesario, especialmente considerando el diferencial entre las reales de corto plazo (ex ante) entre EE.UU. y México.