Por Dave Lafferty, Estratega en Jefe de Mercados de Natixis IM
- La
renta variable global (MSCI World) registró un alza de 23% después de
tocar fondo ya que los inversionistas decidieron confiar en los paquetes
sin precedentes de estímulos y creer que la curva de infecciones se está
aplanando. Ninguno de estos factores representa la cura total que todos
los activos de riego estaban esperando.
- Se necesita que la curva se aplane, pero esto no es
una condición suficiente para estabilizar a la economía global. La
naturaleza escalonada de la contención, junto con continuas subidas en
los casos, significa que aplanar la curva es tan solo el principio. El
daño económico del brote del virus será un coletazo negativo que se
prolongará durante varios trimestres más allá de las medidas de
contención.
- China ha demostrado evidencia de un sólido repunte en la actividad, pero ¿a dónde se dirige la producción? Las fábricas operan a 80-90% de su capacidad y hay lugares para transportar sus bienes mientras que el mundo desarrollado aún está en confinamiento. Muy probablemente nos enfrentaremos a un inventario de producción acumulada.
- El volumen de los estímulos fiscales y monetarios
globales es abrumador, pero su implementación es combinada. Debido a la
drástica pero temporal naturaleza de la crisis, la velocidad es más
importante que el volumen.
- En EEUU, los cheques de ayuda a las familias podrían empezar a recibirse en estos días. Sin embargo, los programas de crédito a la pequeña empresa no han empezado con el pie derecho. La negociación de rescates a la gran empresa lleva tiempo – el cual muchas de estas firmas podrían no tener en tanto que las ganancias han caído a cero.
- En Europa, la definición de políticas continua en disputa en torno a los riesgos compartidos, mientras que el tiempo avanza. Es difícil imaginar a la economía europea, cuyo crecimiento avanzaba apenas a 1.5% antes del virus, emerger intacta del confinamiento de esta primavera.
- La Fed estadounidense está apoyando a casi todos los ángulos del mercado de financiamiento en EEUU. No existe un solo sector o subsector del índice de bonos Aggregate de EEUU que no está recibiendo apoyo artificial, ya sea directa o indirectamente, de la Fed. Esto ha eliminado gran parte del pánico y estabilizado los diferenciales del crédito, pero esta medida sigue siendo el mayor ejemplo de estirar la cuerda en la historia.
- Probablemente veremos un factor de recuperación en forma de V, cuando los consumidores globales eventualmente emerjan de sus bunkers. Este repunte drástico durará poco – quizá unas cuantas semanas o un mes (y se irá escalonando por país /región). El panorama más generalizado, sin embargo, es más probablemente parecido a una recuperación en forma de U – y una U débil en todo caso.
- Se necesita que la curva se aplane, pero esto no es
una condición suficiente para estabilizar a la economía global. La
naturaleza escalonada de la contención, junto con continuas subidas en
los casos, significa que aplanar la curva es tan solo el principio. El
daño económico del brote del virus será un coletazo negativo que se
prolongará durante varios trimestres más allá de las medidas de
contención.
- El
índice S&P 500 ahora se encuentra en tierra de nadie, 17% por debajo
de su máximo histórico y 25% por encima del mínimo registrado el 23 de
marzo. Si bien los riesgos macro en torno al brote del virus siguen sin
descontarse en su totalidad, no ocurre los mismo con las acciones.
- Hace tres semanas, el S&P 500 cotizaba 14 veces por debajo de las ganancias estimadas, lo cual era razonablemente barato si no es que atractivo, debido al daño que sufrirán las ganancias. Hoy en día, en casi 19 veces las ganancias estimadas, el avance de la renta variable combinado con el deterioro de las futuras ganancias han regresado ya las valoraciones del índice a niveles solamente superados a finales de los 90s con la Burbuja del sector tecnológico.
- La proporción Precio/Ganancia podría permanecer estable – o incluso expandirse – ya que los estimados de ganancias continuarán ajustándose a la baja … significativamente. Los efectos de la pandemia han forzado a la mayoría de las compañías a estirar su proyección de ganancias, y no a bajarla. Para muchas empresas, las ganancias del 1er y 2o trimestres tienen mucho más margen para sorprender a la baja que con un alza.
- Todavía
percibimos demasiado optimismo proyectado en la actividad reciente del
mercado. La pregunta en la mente de todo mundo es, ‘¿Tocaremos fondo de
nuevo?’ con tan solo un 18% de ventas masivas requerido para ajustar
las bajas en la renta variable global, una recaída es ciertamente posible,
si no es que probable. Independientemente de lo anterior, los
inversionistas deben esperar que los precios de la renta variable se
ralenticen bastante en las próximas semanas y meses a medida que se revele
más daño a causa del virus y la economía global se reinicie de modo más
lento a lo esperado.
- Esperamos que los mercados sigan siendo volátiles, con una significativa presión por vender hasta mediados del verano. Sin embargo, un mayor desgaste en el sentimiento, ganancias, y valoraciones deberá dar paso a un avance más durable en el 2º semestre y hacia el 2021.
- Los inversionistas van a mantener sus expectativas a
largo plazo (después del 2021) bajo revisión. El avance post-coronavirus
eventualmente nos llevará a máximos en ganancias y valoraciones cercanas
al máximo. Pero la proporción precio / ganancias no va a llegar al cielo,
y muchas de las debilidades estructurales de la economía global solamente
se verán exacerbadas debido al estrés del brote viral.
- Los consumidores se van a atrincherar y van a reparar sus balances. Las firmas van a acumular capital, el aumento de los dividendos será escaso, y la actividad en la recompra de acciones quedará muy por debajo de la de años recientes. Los déficits masivos van a exprimir a las finanzas fiscales cuando las facturas del rescate tengan que pagarse.