por: Banorte
- El mundo descubrió ayer que los precios del petróleo podían cotizar en terreno negativo, representando una nueva referencia para la industria
- El contrato con expiración este martes profundizó su desplome ayer conforme el mercado se apresuró para liquidar posiciones considerando una entrega física que encontraría limitaciones para su almacenamiento. En consecuencia, el contango de la curva se amplió a niveles récord
- El mercado observa un severo desbalance a pesar de los recortes de oferta con la IEA estimando una caída de 9 Mbbl/d en la demanda este año
- El mundo no tiene más espacio para almacenar el petróleo extremadamente barato. Al cierre de hoy, el WTI frontal opera nuevamente en niveles positivos. No descartamos precios negativos de nuevo, con la expectativa de recuperación de la demanda y limitaciones logísticas jugando un papel clave en el corto plazo
Los precios del petróleo se desplomaron alcanzando niveles impensables. El mundo descubrió ayer que los precios del petróleo podían cotizar en terreno negativo, representando una nueva referencia para la industria. Los futuros del WTI de mayo (que vencen hoy) disminuyeron 306% a -37.63 US$/bbl desde +18.27 US$/bbl al cierre del viernes, activando una alerta sobre una posible nueva normal de “precios bajos por mucho tiempo”, a pesar de los recientes esfuerzos extraordinarios de la OPEP+ para estabilizar el mercado. La razón detrás de este evento extraordinario se basa en múltiples causas: (1) La fuerte disminución de la demanda en medio de los efectos económicos de la pandemia de COVID-19; (2) la sobreoferta se exacerbó en la última década; (3) restricciones de almacenamiento; y (4) la fecha de liquidación de hoy del futuro de mayo. En lo que va de año, el WTI ha registrado una pérdida de -83.8%, mientras que el Brent de 70.2%. Este panorama global, aunado a algunas restricciones regulatorias que provienen de la OMI 2020 –las reglas de la Organización Marítima Internacional que establecen límites más estrictos para la emisión de azufre de los buques– ha resultado en una pérdida de -104.2% en la mezcla de petróleo mexicana, que cerró ayer en -2.37 US$/bbl.
La curva de futuros muestra el relevante reto para el rubro de Oil & Gas. El contrato con expiración este martes profundizó su desplome ayer conforme el mercado se apresuró para liquidar posiciones considerando una entrega física que encontraría limitaciones logísticas para su almacenamiento, especialmente en su punto de entrega (Cushing, Oklahoma). Adicionalmente, la poca liquidez del contrato exacerbó el movimiento financiero. En consecuencia, el contago de la curva de futuros se amplió a niveles históricos, extendiendo la dinámica observada en meses recientes conforme el mercado continúa reflejando el relevante desequilibrio de oferta y demanda. En este sentido, un año atrás la estructura de la curva operaba contraria a la actual, como muestra la gráfica abajo. Esta situación se asemeja a la estructura observada en periodos de sobreoferta previos como el ajuste en precios de 2014 y 2016. Vale la pena mencionar que esta situación también es un importante reflejo de los retos que la industria muestra hacia delante.
Un doble choque proveniente de menor demanda y exceso de oferta. El petróleo ha observado un cambio estructural desde la caída de los precios en 2014-2016. En 2020, la pandemia de Coronavirus ha dirigido la próxima recesión mundial como lo señaló el FMI la semana pasada dentro de su Perspectiva de la Economía Mundial. El fuerte impacto negativo en la actividad económica mundial ha reducido la demanda de commodities. En este sentido, la Agencia Internacional de Energía actualizó sus estimados de demanda para este año, con una disminución esperada de 9 Mbbl/d. Este efecto adverso en la demanda se ha combinado con una condición de exceso de oferta persistente. La creciente producción en EE.UU. y otros países en la última década ha superado la demanda esperada.
El mundo no tiene más espacio para almacenar el petróleo extremadamente barato. Ante el impacto del COVID-19, el consumo global de petróleo está colapsado mientras continúan los altos niveles de producción. El choque de demanda asciende a 30 Mbbl/d (~1/3 del consumo global) mientras que el recorte de la OPEP y sus aliados de 9.7 Mbbl/d será efectivo a partir del mes de mayo. Además, las refinerías no están convirtiendo el petróleo en combustibles ante un menor uso de los medios de transporte, por lo que el nivel de inventario global continúa aumentando. Se estima que, a nivel global, la capacidad de almacenamiento asciende a 6,800 Mbbl los cuales se están llenando rápidamente. En algunas regiones los tanques de almacenamiento ya están casi llenos mientras que en otras se espera que la capacidad se sature en las siguientes semanas. En EE.UU. la capacidad de almacenamiento efectiva asciende a 653 Mbbl, distribuida en 5 regiones, y se encuentra actualmente al 57% vs 46% a principios de año (ver gráfica abajo), el ritmo de acumulación durante las últimas tres semanas se aceleró a 15.8 Mbbl. En Cushing, Oklahoma donde la capacidad asciende a 76 Mbbl, la utilización se encuentra al 69% mientras que en enero estaba al 43%. En este contexto, el presidente Trump mencionó que la reserva estratégica cuenta con aproximadamente 635 Mbbl y podría incrementarse en 75 Mbbl adicionales. No obstante, la legislación actual le permite adquirir a la reserva hasta 500 Kbbl/d. Ante esto, se espera que, en los siguientes días se presente una iniciativa legislativa para asignar fondos a la compra de petróleo. Conforme cierra la sesión de hoy, el WTI frontal opera nuevamente en terreno positivo en niveles cercanos a 10 US$/bbl. Esperamos que la volatilidad continúe y no descartamos volver a observar precios negativos, con la expectativa en la recuperación de la demanda y las limitaciones logísticas jugando un papel clave en la acción de precios de corto plazo para las siguientes semanas.