Por: Jose Antonio Chavez
Si bien el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho a los cuatros vientos con voz alta que no son iguales a las anteriores administraciones, le puedo adelantar que la Función Pública exonerará al hijo del Manuel Bartlett por la millonaria compra de respiradores al IMSS Hidalgo a precios millonarios.
Es difícil que en los gobiernos como ha sido el caso del pasado con el entonces Presidente Enrique Peña Nieto, la dependencia de la Función Pública que ellos mismos, los Mandatarios, ponen a sus titulares, puedan recibir un trato en sus administraciones de condenar las denuncias públicas de actos de corrupción.
Sería tanto como darse un balazo en el pie, ellos y todos los gobernantes lo saben, la figura de una contraloría no es más que una extensión para cumplir con el requisito gubernamental.
El caso de la Casa Blanca de siete millones de dólares en Sierra Gorda de Las Lomas y cuya compra por la empresa Grupo Higa, favorecida por contratos del sexenio, es el ejemplo más claro y reciente que se puede recordar, los mexicanos, pero sobre todo los políticos opositores, incluyendo el movimiento del ahora Presidente López Obrador reprobaron, con justa razón el resultado del entonces Secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade que exoneró a la pareja presidencial.
Levantó ámpula y recrudeció la impotencia de millones de mexicanos que no daban crédito que se les perdonara esa ofensa de un acto de corrupción. De hecho la Casa Blanca, aunado al caso de Ayotzinapa que nada tenía que ver el gobierno peñista, fueron los que marcaron el declive de esa administración a dos años de gobierno.
Es decir, no fueron las investigaciones de una Función Pública a modo, sino el voto de castigo de la propia sociedad que le permitió a López Obrador capitalizar para llegar a Palacio Nacional en el 2018.
Ahora en esta administración parece que las cosas no han cambiado, no pierda de vista la pasada investigación que ya hizo la Función Pública de Eréndira Sandoval por la denuncia contra las propiedades de Manuel Bartlett, obviamente como director de la CFE. El resultado simplemente fue exonerado.
Ahora volvió a salir su nombre por la empresa de su hijo León Manuel Bartlett Alvarez, Cyber Robotics Solutions que fue favorecida de una compra del IMSS Hidalgo de 20 ventiladores respiratorios por 31 millones de pesos, es decir cada uno costó un millón 550 mil pesos, el precio más alto que se haya pagado. Y como dato, la empresa Conduit Life, vendió también otros similares importados de Eslovaquia, pero con un precio menor a 880 mil pesos.
Que decir de lo 211 respiradores que también llegaron de Estados Unidos y que el Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard reveló que cada uno tuvo un costo de 16m 19, 21 y 24 mil dólares el más caro, algo así tomando a 20 por dólar unos 480 mil pesos.
La diferencia es que Ebrard no ocupó intermediarios y se ahorró el 60 por ciento del servicio o más, por aquello que inflan los precios y los obtuvo de una empresa de Estados Unidos que comprometió vender el Presidente Donald Trump en la plática pasada que tuvo con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entonces, sin ser aguafiestas, váyase preparando para recibir una exoneración al Jr. que sin duda caerá como balde de agua helada a los millones de mexicanos como fue La casa Blanca, o solo que ocurra un milagro y entonces el Presidente decida lo contrario y se convierta en el primer caso que le de oxígeno puro y pueda con ello mandar un mensaje que efectivamente no son iguales.