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Mercado laboral resiente impacto de COVID-19

Tiempo de lectura: 5 minutos
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Por Banorte IXE

– Tasa de desempleo (abril, cifras originales): 4.7%; anterior: 2.9%
 
– Tasa de subocupación: 25.4%; (anterior: 9.1%). Tasa de participación: 47.5% (anterior: 59.8%)
 
– Estos datos se obtuvieron a través de una encuesta telefónica en vez del método usual de entrevistas presenciales en los hogares. Por lo tanto, el INEGI enfatizó que las cifras no son estrictamente comparables con la serie histórica. No obstante, son muy útiles como referencia, sobre todo en la situación en la que nos encontramos actualmente
 
– Si bien el aumento de la tasa de desempleo no fue tan drástico, el reporte no es favorable como se refleja en la fuerte contracción de la tasa de participación sugiriendo que una gran cantidad de personas perdieron su empleo y a su vez dejaron de formar parte de la población económica activa
 
– Adicionalmente, el reporte muestra que el mayor impacto en los niveles de empleo fue en el sector informal, acumulando alrededor de 83% de todas las pérdidas
 
– Esperamos que las cifras de mayo, que también se obtendrán a través de una entrevista telefónica, muestren una extensión del aumento en el desempleo debido a las medidas de distanciamiento social

La tasa de desempleo aumenta con fuerza en abril. La tasa de desempleo se ubicó en 4.7% (cifras originales), representando un aumento de alrededor de 180pb con respecto a marzo y un nuevo máximo desde julio de 2015. Como enfatizó el INEGI, debemos mencionar que los datos no son estrictamente comparables con la serie histórica (más detalles en la siguiente sección). En este sentido, representan un esfuerzo del instituto por brindar datos oportunos y útiles en medio de la pandemia que pueden ser utilizados como referencia. Sin embargo y en nuestra opinión, la tasa de desempleo aún no refleja en su totalidad el impacto verdadero que el COVID-19 ha tenido en el mercado laboral, ya que el número absoluto de las personas clasificadas como desempleadas aumentó solo alrededor de 400,000, incluso menos que las pérdidas registradas en el reporte de empleo
formal. En contraste, la caída en el número total de personas empleadas fue de 12.5 millones. Esta amplia diferencia se explica en buena parte por la fuerte baja de la fuerza laboral, que se contrajo alrededor de 12 millones. Entre otros, este último grupo incluye a las personas que perdieron su trabajo pero que simultáneamente contestaron que no estaban buscando uno nuevo de manera activa. Creemos que la mayoría de ellos probablemente continuaban disponibles para laborar, aunque se encontraban desanimados acerca de la probabilidad de encontrar un empleo en las condiciones actuales. Como resultado, la tasa de participación cayó a 47.5% desde 59.8%, lo que representa un nuevo mínimo histórico.

Adicionalmente, el subempleo también registró un fuerte incremento, pasando desde 9.1% en marzo a 25.4% en abril, un nuevo máximo histórico. Creemos que esto se explica por dos factores: (1) El incremento en aquéllos catalogados subempleados desde 5.1 a 11.0 millones, con algunos negocios operando a una capacidad reducida probablemente resultando en un recorte involuntario del total de horas trabajadas para algunas personas; y (2) la caída en el total de trabajadores a tiempo completo, pasando de 50.7 a 32.3 millones, lo que tiende a incrementar la tasa de subempleo debido a un efecto de base.

Sobre el empleo informal, los resultados mostraron una caída generalizada. En particular, los trabajadores en el sector informal cayeron 8%-pts a 47.7% respecto a abril. Esto se explica por una pérdida de 10.3 millones de empleos en el sector en comparación con -2.1 millones del empleo formal (de acuerdo con la encuesta).
Adicionalmente, aquéllos catalogados como puramente informales pasaron de 30.4% a 23.7%. En nuestra opinión, esto muestra claramente que el sector más impactado fue el informal. A su vez, esto puede estar relacionado a las características de este tipo de negocios, que típicamente cuentan tanto con una menor escala de operación como menor acceso al crédito, condiciones que los habrían ayudado a enfrentar de manera más efectiva el choque y que a su vez los vuelven más vulnerables, incluidos a sus empleados.

Consideraciones metodológicas. Como mencionamos previamente, en el
comunicado de prensa, el INEGI mencionó en repetidas ocasiones que los datos presentados hoy no son estrictamente comparables con los provenientes de la ENOE, ya que existen diferencias importantes entre ambas encuestas.

La principal es el método de recolección, ya que esta fue levantada vía telefónica mientras que la encuesta mes a mes es recopilada de manera presencial. Esto se debe a las medidas tomadas por el instituto para respetar los lineamientos de sana distancia, así como otras recomendaciones de salud pública. Adicionalmente, otras diferencias importantes incluyen una muestra diferente, una tasa de no respuesta más alta, entre otras, aunque el diseño conceptual es muy similar. Cabe señalar que al menos para el próximo mes, los datos del mercado laboral también
provendrán de esta encuesta, dándonos una comparación más directa en términos de estructura y metodología.
Esperamos que el mercado laboral continúe deteriorándose en los próximos meses. A pesar de que el aumento de la tasa de desempleo podría juzgarse como relativamente modesta en comparación con el choque global debido al COVID19, creemos que los detalles muestran de manera más clara sus efectos negativos.
En específico, pensamos que, tanto la fuerte caída en la fuerza laboral, así como la mayor pérdida relativa de empleos en el sector informal –que es muy importante en nuestro país y cuenta con un mayor número de personas vulnerables económicamente– son mejores indicativos del fuerte deterioro de las condiciones laborales.
En este sentido, estimamos que la tasa de desempleo continuará subiendo en los próximos meses a pesar del retraso relativo en las cifras, con un incremento en las personas catalogadas como desempleadas. Por ejemplo, la caída actual de la población económica activa (con la mayoría de las personas, en nuestra opinión, desalentadas de buscar un empleo en las condiciones actuales) podría comenzar a revertirse en los próximos meses. Si esto sucede, es probable que una mayor cantidad de las personas que regresan a la fuerza laboral sean contadas como desempleadas en vez de empleadas en los próximos meses, sobre todo con la economía recuperándose de una base más débil. Un factor adicional que soportaría esta dinámica sería el impacto futuro de los menores niveles de empleo
actuales sobre la demanda agregada. Como resultado, el impacto negativo podría extendería a los próximos meses, inclusive si los niveles de contagio bajan pronto y de manera acelerada, y no solo durante el trimestre actual bajo un escenario optimista. Lo anterior es un factor importante detrás de nuestra expectativa de que la tasa de desempleo alcanzaría un nuevo máximo histórico de 8.1% al cierre del tercer trimestre. Adicionalmente, reiteramos nuestro pronóstico de la tasa de desempleo al cierre de año en 7.2%, aunque muy pendientes de la dinámica en los próximos meses debido a las consideraciones aquí expuestas.