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Toma el control de tus finanzas y aprende a calcular tu capacidad de endeudamiento, un dato importante al momento de adquirir obligaciones crediticias.
La falta de planeación financiera puede ser una causa importante de problemas financieros en las familias mexicanas. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), en México solo el 35% de las personas lleva un presupuesto y el 58% de ellos, lo hace mentalmente. Esto hace que cualquier gasto que esté fuera de lo normal suponga un contratiempo importante, sobre todo, considerando la situación actual en el mundo. Según la última edición de la ENIF a más del 42% de los mexicanos no le alcanzó para cubrir el total de sus gastos con sus ingresos. Cuando esto ocurre, el 63% pidió prestado a familiares o conocidos, lo que probablemente provocó un desbalance financiero por falta de planeación.
Todos estos datos nos muestran la importancia de llevar un control sobre nuestro dinero y más aún cuando se trata de la contratación de un crédito, casi uno de cada tres mexicanos reporta algún atraso en su pago. Y es que el crédito es un gran aliado para lograr nuestras metas, pero puede volverse un dolor de cabeza si se sale de control.
¿Cómo saber cuál es tu capacidad de endeudamiento?
El primer paso para comenzar a tomar el control de tus finanzas personales es hacer un presupuesto, es decir, una planeación y un registro detallados de todos tus ingresos y gastos. Conocer tu patrón de consumo es la base para saber cuántos compromisos crediticios puedes asumir. Una vez que cuentes con este registro, es importante identificar los gastos que son fijos, es decir, aquellos que pase lo que pase vas a tener que desembolsar mes con mes. Algunos ejemplos son: el pago de servicios, transporte, la renta, el pago de seguros, colegiaturas, alimentación, entre otros. Es prioritario tener en cuenta que algunos de estos pagos pueden ser bimestrales o, incluso, semestrales y es importante prorratear lo equivalente cada mes.
El siguiente paso para definir tu capacidad de endeudamiento, es establecer un porcentaje sobre el remanente, es decir, sobre la cantidad que queda después de restar los gastos fijos a tus ingresos mensuales. Recomendamos que el porcentaje sea de entre el 30% y el 35% y el monto que arroje ese último cálculo será tu capacidad de endeudamiento.
Veámoslo con un ejemplo práctico. Imaginemos una persona con un sueldo neto mensual de $8,000. A esta cantidad hay que restarle los gastos fijos que, en este hipotético caso, entre renta, seguros, servicios, transporte y alimentos suman $4,500. El remanente es de $3,500, por lo que sobre esta cantidad hay que calcular el porcentaje que determinaremos como nuestra capacidad de endeudamiento. Si decidimos tomar el 35%, nuestra capacidad de endeudamiento es de $1,225 mensuales. Esto significa que la suma del pago de todas mis deudas mensuales no debe rebasar los $1,225.
Otro punto importante es definir qué hacer con resto del dinero ($2,275). A esta cantidad hay que ponerle un fin específico para que esto se convierta en una motivación para ahorrar. Parte de esta cantidad se puede destinar a un fondo para emergencias e imprevistos, el cual nos ayudará a evitar la contratación de una deuda adicional en caso de una contingencia. Por otra parte, puedes ahorrar para lograr esa meta que siempre habías soñado ¿qué tal comprar un coche nuevo, tener esa pantalla o dar el enganche de tu primera casa? Por cierto, no olvides tu retiro y realiza aportaciones voluntarias a tu Afore.
Realizar este ejercicio mes con mes te ayudará a tomar el control de tus finanzas, evitar gastos inesperados y, sobre todo, tener tus deudas bajo control teniendo la tranquilidad de poder afrontar tus pagos puntualmente cada periodo. Haz del presupuesto un hábito y tus deudas dejarán de ser una fuente de estrés.