Por: Agustín Vargas
- Le mocha 7 mil millones de dólares
- No certeza del destino de los recursos
Los controvertidos 7 mil millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional puso a disposición de Banco de México a finales de agosto vía los llamados Derechos Especiales de Giro (DEG), para fortalecer las reservas internacionales del país y cuyos recursos el gobierno de la autollamada 4T convirtió en la manzana de la discordia con el Banco de México, finalmente fueron a parar a las arcas del gobierno federal. Efectivamente, así fue.
Resulta que Banxico, que encabeza Alejandro Díaz de León y a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador lo tiene catalogado como uno más de sus acérrimos adversarios, y todo por tratar de ubicar al mandatario sobre diversas operaciones financieras que involucran al Banco Central, entre otros aspectos, tuvo que disminuir sus reservas internacionales para, finalmente, cumplir el capricho del jefe del Ejecutivo de poner a su disposición, vía la Secretaría de Hacienda, dichos recursos.
Aunque la operación pareciera que fue un simple intercambio de moneda (dólares por pesos), no fue sencilla, ya que se afectó el saldo de las reservas internacionales, que hasta el pasado 10 de septiembre ascendieron a 198 mil 538 millones de dólares, es decir 7 mil 028 millones de dólares menos que una semana antes.
Disminuyeron las reservas de Banxico y por lo tanto su activo, pero también disminuyó su pasivo. Esto significa que implica que el gobierno pagó al Banco de México 136 mil 448 millones de pesos o un tipo de cambio de 19.49 pesos por cada dólar, cantidad que fue descontada de la cuenta que tiene el gobierno federal en el Banco de México y que es considerada como parte de los pasivos del Banco Central.
Los 7 mil millones de dólares el gobierno compró a Banxico representan aproximadamente 19% del costo financiero del gobierno de este año.
Para algunos analistas, no importa que los mencionados recursos sean o no de los Derechos Especiales de Giro que dio el Fondo Monetario Internacional, porque estos instrumentos convertidos a dólares forman parte de la reserva internacional, igual que el resto de las monedas y demás papeles de deuda (bonos) que tiene el Banco de México. Al final, el gobierno federal pago esos dólares con pesos que se vieron en el balance del Banco de México.
Lo importante aquí será ver el comunicado que emita la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ahora que la dependencia estrenó a don Rogelio Ramírez de la O como su nuevo titular, sobre el uso y destino de esos 7 mil millones de dólares comprados al Banco de México.
Esto, porque el presidente López Obrador insistió y peleó al Banco de México esos recursos pues, según él, su gobierno quiere prepagar deuda, aunque diversos analistas dudan que, en efecto, esa sea finalmente su utilidad.