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Rumbo al Régimen de Confianza

Tiempo de lectura: 3 minutos

Foley Arena

El nuevo Régimen Simplificado de Confianza que propone el Gobierno federal es uno de los esfuerzos más importantes que se han hecho para intentar ampliar la base de contribuyentes y hacer más eficiente la recaudación. Es en conjunto, una iniciativa novedosa y creativa, distinta a lo que hemos visto en los últimos dos sexenios, asegura el abogado Fernando Camarena, socio de Foley Arena.

De acuerdo con el especialista, si bien no hay un aumento en la tasa de los impuestos existentes ni se crean nuevos (en línea con lo prometido por el Presidente de la República), en el Paquete Económico 2022 sí hay una intención recaudatoria; y este Gobierno ha sido particularmente eficiente en la administración tributaria y la recaudación

“Si bien el crecimiento económico en México ha sido lamentable, y ello se ha incrementado con motivo de la pandemia, la recaudación no se ha visto afectada, lo cual considero que ha sido un éxito por parte del Gobierno”, advierte Camarena.

Desde su perspectiva, la propuesta de la Secretaría de Hacienda busca cerrar un poco más la pinza para intentar –sin aumentar las tasas impositivas– incrementar la recaudación, que es una de las pocas fuentes que tiene para hacerse de recursos y hacer frente a los retos que tiene enfrente, especialmente porque ha decidido no endeudarse más.

Además de que hay intención de combatir la elusión y la evasión fiscal, el socio de Foley Arena considera que hay que reconocer el esfuerzo histórico que se hace para poder ampliar la base de contribuyentes a través del Régimen Simplificado de Confianza que beneficiaría a personas físicas con ingresos menores a los 3.5 millones de pesos anuales y a empresas con ingresos menores a los 35 millones de pesos, ya que en lugar de pagar el 35% del Impuesto Sobre la Renta (ISR) deberán pagar sólo entre el 1% y 2.5%.

Esta propuesta pretende ser una herramienta para combatir la informalidad y un atractivo para atraer a personas que no son contribuyentes para ofrecerles un esquema atractivo y simple en el pago de sus impuestos. La idea de la autoridad es que al incrementarse la base de contribuyentes, ello necesariamente tendrá como resultado un aumento en la recaudación.

Para Fernando Camarena, el incentivo para que alguien que trabaja en el sector informal se regularice va más allá del acceso a tasas bajas de impuestos, pues al convertirse en un contribuyente con cédula fiscal tendrá beneficios como el acceso al sistema financiero, a la obtención de créditos y otros instrumentos útiles para incentivar su actividad empresarial.

Asimismo, respecto a quienes advierten que este régimen de beneficios alienta a que las empresas no expidan factura o que muchas personas físicas con actividades empresariales busquen recibir parte de sus ingresos en efectivo para no llegar al tope, el experto opina que siempre habrá quien pretenda abusar del régimen simplificado, pero ese riesgo lo tiene cualquier programa de beneficios que tiene como fin hacer crecer la base de contribuyentes.

En un tema relacionado, a decir de Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), de toda la mercancía que circula en territorio nacional, 80% se mueve en transporte terrestre y 60% de ésta es informal, por lo que no se tiene registro de ella y en la gran mayoría de las veces no se sabe qué se transporta. El Complemento Carta Porte, disposición que entraría en vigor en enero de 2021, será clave para obligar al transporte a acreditar la legal propiedad de la mercancía y combatir la proveeduría al comercio informal.

Al respecto, Alejandro N. Gómez Strozzi, también socio de Foley Arena, explica que el Complemento Carta Porte se convertirá en una declaratoria sobre la legalidad de las mercancías que los transportistas trasladan de un lugar a otro y reconoce que sí permitiría tener un mayor control del envío de mercancías en el país para efectos fiscales. No obstante, considera que aún está por verse la efectividad que tendría la medida, pues se corre el riesgo de ver efectos no deseados, como el entorpecimiento en la fluidez del trasporte de mercancías y la facilidad de hacer negocios en el país, ante una medida meramente administrativa.

En síntesis, si bien seguimos sin emprender la reforma fiscal de fondo que el país necesita, el Régimen de Confianza tiene visos de ser un gran avance en materia de simplificación, con contabilidades más fáciles y un cobro de impuestos mucho más sencillo para los pequeños contribuyentes.