Rogelio Varela-
México tendría que invertir al año al menos 70 mil millones de pesos para mejorar su infraestructura hidráulica.
Un indio cherokee
Un empresario me refiere que cuando Alfonso Martínez Domínguez fue gobernador de Nuevo León al inicio de los ochentas esa entidad enfrentaba una sequía similar a la que agobia ahora a la población regia.
Además del bombardeo de nubes con yoduro de plata el político recurrió a lo impensable: llevó a la macro plaza de Monterrey a un indio cherokee para que danzara e invocara al supremo.
La buena fortuna acompañó al político priísta y llovió, pero la solución definitiva en ese momento fue la construcción de la presa Cerro Prieto, en el municipio de Linares. La crisis se palío.
La anécdota viene a esta columna porque las sequias han sido algo recurrente para nuestro país, en especial para la región del norte, pero se extiende al menos a 9 entidades federativas por el cambio climático.
Más allá que no hemos aprendido de nuestra historia reciente, en otras administraciones la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se apoyaba en estudios prospectivos para invertir y tratar de mitigar la falta de agua, es decir se dirigían recursos a infraestructura como lo planteó Martínez Domínguez.
La mala noticia es que la “pobreza franciscana” de la 4T ha golpeado la gestión de Conagua al reducir al máximo sus inversiones, lo que puede agravar la crisis del agua en los próximos años luego que especialistas pronostican que al menos hasta el 2060 el planeta seguirá sufriendo los embates de la naturaleza por el calentamiento global.
Me dice José Luis Luege Tamargo, quien fuera titular de Conagua en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, que en su gestión el gobierno federal diseñó un Programa Hídrico 2030 que permitía planear las inversiones a corto y mediano plazo para hacer frente a sequias e inundaciones, pero éste se abandonó lo que hace urgente volver a invertir y apoyarse en nuestros ingenieros.
Luege dice que nuestro país tendría que invertir al menos 70 mil millones de pesos al año para mejorar su infraestructura hidráulica en función de la problemática en varias cuencas, pero también porque no contamos con planes que permitan recuperar agua de las lluvias ó bien hacer más eficiente el consumo del vital líquido en las ciudades, y del costo de agua mejor ni hablamos.
La cuestión es que las sequias tal parece que no interesan a los que toman decisiones porque tampoco se resolverá la falta de agua presionando a las empresas, y quizá sea necesario volver a buscar a un cherokee al sur de Estados Unidos.
La ruta del dinero
Como es público otra empresa que dice adiós a la Bolsa Mexicana de Valores es Industrias Bachoco que comanda Rodolfo Ramos Arvizu. A finales de marzo el gigante del huevo propuso a sus inversionistas comprar sus acciones a través de una oferta voluntaria a un precio de 81.66 pesos por título. La noticia es que los accionistas minoritarios no están de acuerdo con ese precio al compararlo con operaciones similares, y con la asesoría de la firma Tweedy Browne piden que la CNBV que preside Jesús de la Fuente Rodríguez tome cartas en el asunto.