Última actualización el octubre 18, 2024
Tiempo de lectura: 3 minutosPor: Agustín Vargas
- Crece desempleo entre profesionistas
- En la informalidad más de la mitad de la PEA
- Remesas y gasto insuficientes
El discurso presidencial subraya la supuesta eficacia de las políticas del gobierno lopezobradorista en beneficio de la población de menores recursos, “los de abajo”. No obstante, la propia información oficial y numerosas opiniones de especialistas nacionales y extranjeros señalan lo contrario.
Cada mañana, una y otra vez, el gobierno insiste en lo apropiado de sus políticas, como lo dijo el pasado 26 de junio el presidente López Obrador: “Pues con lo que le metimos abajo de recursos públicos y con las remesas levantamos la economía y ahora ya tenemos de nuevo el crecimiento que teníamos o, lo que nos caíamos, ya lo recuperamos en cuanto a crecimiento económico”. Pero la evidencia es distinta.
Como muestra de ello es que la precarización del mercado laboral se agudiza. En mayo en mayo la población ocupada en condiciones críticas sumó 17.4 millones de personas, 3.5 millones más que el mismo mes del año pasado y casi cinco millones por arriba de su nivel prepandemia. Su mayor deterioro se presenta en este año.
A nivel nacional, la población desocupada (que considera a la población que se encuentra sin trabajar, pero que busca trabajo) fue de 1.9 millones de personas. En mayo de 2022, la población desocupada representó 3.3 % de la PEA.
El 13.3 % de los desocupados no contaba con estudios completos de secundaria, en tanto que aquellos con mayor nivel de instrucción representaron 86.7 por ciento, es decir casi un millón 700 mil personas. Es decir, el desempleo está pegando más entre los profesionistas y la clase media, de acuerdo con los datos del Inegi.
Por rangos etarios, el grupo de 25 a 44 años concentró 45.2 % de la población desocupada. El grupo de 15 a 24 años representó 30 % de los desempleados, y el de 45 a 64 años agrupó 22.9 %, un alza de un punto porcentual.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en mayo de 2022, la Población Económicamente Activa (PEA) fue de 59.1 millones de personas. De éstas, 31.8 millones fueron ocupadas en la informalidad laboral, con lo que la Tasa de Informalidad Laboral fue 55.6 % de la población ocupada, 0.1 puntos porcentuales mayor a la del quinto mes de 2021.
La ocupación en el sector informal considera a todas las personas que trabajan para unidades económicas no agropecuarias operadas sin registros contables y que funcionan a partir de los recursos del hogar, o de la persona que encabeza la actividad sin que se constituya como empresa.
Gasto y remesas, insuficientes
Si bien es cierto que los resultados más recientes sobre el crecimiento económico de México son razonablemente buenos, aún son insuficientes parar recuperar lo perdido por la pandemia, e incluso en todo el sexenio.
El Inegi informó que durante el primer trimestre del año la economía creció 1.0%. Es el mayor avance en los últimos tres trimestres y superó la estimación oportuna que anticipaba un aumento de 0.9%. A pesar de ello, el valor del PIB se mantuvo 1.1% por debajo de su nivel prepandemia y 2.7% inferior al cierre del gobierno pasado.
El escenario aún está lejos de ser tan favorable. Incluso si en los tres trimestres siguientes el crecimiento fuese similar al del primero, el PIB del año acabaría 1.2% por debajo del observado en el último año del sexenio pasado y 1.1% respecto al año previo a la pandemia.
La verdad es que ni las remesas ni el gasto público actual son suficientes para impulsar la economía sobre bases sólidas y duraderas. El reto sigue siendo la reactivación de la inversión. Y para ello es esencial que el gobierno contribuya con un entorno de certidumbre.
Cabe señalar que las remesas no se deben a ningún acierto de política pública. Por el contrario, todo indica que su elevada cuantía responde a la amplia diferencia entre los recursos disponibles por las familias en Estados Unidos –beneficiadas por los programas de apoyo del gobierno- y los de las familias mexicanas que no recibieron apoyos en estos años.
Hacia adelante, la coyuntura se complica. La inflación no cede, el mercado laboral continúa mostrando signos de precarización a pesar de la baja tasa de desempleo, la salud se ve amenazada con una nueva ola de contagios por Covid y la inseguridad crece sostenidamente.