Por: José Antonio Chávez
En 1994, cuando llegó a la Presidencia de México Ernesto Zedillo, decidió ofrecer la entonces PGR al panista Antonio Lozano Gracia para legitimar la democracia.
México estaba de luto por el magnicidio contra el entonces candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio y la llegada de Zedillo a suplirlo era circunstancial.
Lozano Gracia, como Procurador General de la República decidió “militarizar” la PGR, pero de forma civil, es decir, comisionando a los militares a la institución. Llegaron a ocupar los altos mandos.
Hubo voces de la izquierda que pegaron de gritos, estaban en contra de esa militarización y gritaban y gritaban que era anticonstitucional.
Lozano Gracia gozaba de un prestigio como integrantes del despacho de abogados que encabezaba Diego Fernández de Cevallos.
Los militares, al poco tiempo comenzaron a cambiar sus hábitos de vestimenta, ya les gustaba la ropa de marca y se les veía a leguas.
Era la transformación de penetración del narco en sus cuerpos de élite y que desgranaban a la tropa.
Cuantas historias de militares cuando llegaban a los campos de cultivos de mariguana, encontraban letreros con leyendas de “amigo militar no destruyas este plantío, deja tu nombre y teléfonos para localizarte y darte una compensación a ti y tus compañeros”, más menos.
El mensaje de ese entonces, es que los militares, no todos, fueron contaminados por el narcotráfico que extendía, con cargamentos de dólares el control de la Institución.
Obviamente fue un alto riesgo que llevó incluso a desertar a un grueso de militares que se terminaron pasando al lado de los feos.
Ese fue el riesgo que Lozano Gracia no midió y menos el Presidente Zedillo que lo aprobó, la lucha contra el crimen organizado no dio resultado y termino por contaminar la noble y leal institución militar.
Ahora el Presidente quiere llevar a la Guardia Nacional, la mayoría civiles a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Quiere hacerlo por encima de la Constitución y solo lo ministros de la Corte de Arturo Zaldívar podrán definir si le dan la razón o le dan para atrás.
Esas voces de la izquierda hoy están de acuerdo, no gritan y no se oponen, hoy lo aplauden y hasta lo promueven.
No se les entiende, de entrada, el esquema que quiere el Presidente está violentando la Constitución aunque por lo menos ya aceptó que será la corte la instancia que resolverá.
Son tiempos de cambios y tiempos que marcan los que están en el poder, al final del día, no hay memoria ni hay reglamentos que se respeten. El poder es el que manda, y nadie más.
Tren maya pitara a tiempo
Parece que el Tren Maya si pitara en tiempo y forma porque los jueces han desechado los amparos que se ofrecieron en primera instancia contra esa magna obra u obra sexenal.
El Presidente López Obrador desde que se dieron a conocer lo amparos contra la construcción en ese tramo 5 de Cancún-Playa del Carmen-Tulum, desnudó que atrás estaban los conservadores y no los ejidatarios o propietarios de esas tierras.
Incluso criticó a los personajes del medio artístico, intelectuales y ong´s por la campaña de #selvame que hablaba de la destrucción selvática y, en consecuencia la letalidad de la fauna silvestre que ahí habita.
Desnudar qui9ene estaban atrás, le dio fortaleza al Presidente de anunciar el Decreto Presidencial como medida de seguridad nacional, para evitar se pueda frenar su construcción por ordenamientos judiciales, es decir amparos. Hoy los que se interpusieron y se les dio entrada en primera instancia, son desechados porque el fondo no hay argumentos sólidos para favorecerlos en los resultados.
No hay razón, dijo en ese tiempo el Presidente porque ni los dueños de las tierras ni los ejidatarios y menos los habitantes de esas zonas, están en contra, al contrario se verán favorecidos.
Mejor promedio a Monreal para 2024
Si por hacer la tarea y con buen promedio se calificara para designar la candidatura Presidencial en Morena, Ricardo Monreal se la llevaría por la simple razón que ya les madrugó a las “corcholatas” con un plan de gobierno que el empresariado ve con buenos ojos. El que pega primero, pega dos veces. No hay duda que se impone la vagancia política.