Por: José Antonio Chávez
Era bola cantada que después del mensaje del líder del Senado y aspirante presidencial, Ricardo Monreal se dispararía el pleito de sus adversarios al interior de la propia bancada.
Ayer en la plenaria de los morenos, se enfrascaron en una discusión de reclamos del grupo de senadores que está en contra de Monreal y que encabeza César Cravioto.
Gritos y casi insultos de las dos bancadas, lo que están Monreal y los en contra, todos molestos porque Monreal les grito el sábado marque el país está polarizado y que no puede estar todo bajo un solo hombre. Que el país está partido en dos.
Naturalmente que ese discurso no cayó nada bien a los seguidores de Claudia Sheinbaum y al propio Presidente López Obrador. Incluso trascendió que acusaban a Monreal de ser un discurso que atacaba al Presidente.
Desde el sábado, podemos adelantar que Monreal estaba avizorando su inminente salida de la bancada porque las represalias no han cesado, obviamente el propio Monreal acusó que sabe de dónde vienen esos ataques y su instrumentación, pero que no se va a doblar y va a resistir.
Bueno, ayer en la reunión plenaria se soltaron los demonios, la bancada de los morenos de Sheinbaum quieren quitar a Monreal para quedarse con el poder y venerar, sin duda a su lideresa que gobierna la ciudad de México.
Es un pleito a navaja limpia que han sostenido, desde el inicio de la legislatura, hace cuatro años de esos senadores que encabezó, en ese entonces Martí Batres y ahora dejó la estafeta a César Cravioto.
Es un pleito que data desde el 2018 en las elecciones para la candidatura al gobierno de la jefatura de la Ciudad de México y que se impuso Sheinbaum.
Monreal, como premio recibió del Presidente la coordinación de la bancada, un cargo que pidió el propio López Obrador a los legisladores como un favor especial. En consecuencia, llegó en calidad de inamovible.
Le achacan también como responsable del fracaso en la Ciudad de México en el 2021, donde el gobierno de Sheinbaum perdió 9 de las 16 alcaldías que recayeron en manos de la alianza del PAN, PRI y PRD. Les dolió la de Cuauhtémoc que controlaba Monreal y que ganó la panista, Sandra Cuevas.
Por eso ayer en la plenaria, la senadora Citlali Hernández pedía a Monreal que se definiera, algo asi como o estas con el Presidente o están en contra.
Monreal simplemente los torreo con su vagancia política y les atizó que no tiene problema de enfrentar la adversidad, porque siempre lo ha hecho.
Que tiene la conciencia tranquila. Y eso sí, que ya está bien definido, que él está con el pueblo y que va a honrar su compromiso de ser legislador honesto y que busque como equilibrar y conciliar al pueblo.
Monreal recordó que cuando anunció que asistiría a la marcha que convocó el Presidente, se le fueron encima los ataques, que le pedían que desistiera porque lo iban casi casi a linchar y que era un acto de provocación, pero ahora que dice que no asistirá porque atenderá la interparlamentaria México-España, de nueva cuenta se le van a yugular. Como diría el clásico, ¿quién los entiende? El pleito apenas comienza.
PRI, rotundo no a reforma electoral
El líder del PRI, Alejandro Moreno “Alito”, les atizó y recordó a los morenos, que su partido votará en contra de la reforma Electoral, eso por si les quedaba alguna duda.
Con un rotundo no y no, es decir, Alito refrendó que su voto será en los acuerdos con el PAN de Marko Cortés y del PRD de Jesús Zambrano, para ir en contra de esas tres reformas, la Eléctrica, la de la Guardia nacional y hoy la Electoral.
En consecuencia, el líder priista expresó que es la postura de su partido para no dejar la mínima duda. Son tiempos de definiciones y por ello no apoyarán, ni respaldarán ninguna reforma que signifique un retroceso a lo que por años la ciudadanía ha construido.
Bueno, la respuesta, sin embargo, abrió la esperanza para que los priistas puedan recobrar la confianza con sus pares del PAN y PRD, Jorge Romero y Luis Cházaro, coordinadores de los diputados, que mantenían dudas que, por cierto, fueron sembradas por el secretario de gobernación, don Adán Augusto.