Por: José Antonio Chávez
Las horas para Marcelo Ebrard están contadas para decidir el rumbo que ha de tomar para el 2024.
El ex canciller sabe que su futuro dependerá de esa decisión que tome, porque hoy existen dos escenarios en esa ruta:
Primero, qué si Marcelo acepta irse a Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, será una simulación orquestada desde Palacio Nacional para restarle votos al Frente Amplio por México del PRI, PAN y PRD.
Que buscaría, en esa posición alcanzar al menos un cinco por ciento que le restaría a los opositores para favorecer a Morena del Presidente López Obrador. Ese porcentaje le permitiría a Dante Delgado negociar que Morena le ayude a ganar Veracruz, diputados y senadores, y espacios en los congresos de los estados.
Desde luego que encabezar Movimiento Ciudadano no lograrían más de ese cinco por ciento, una cifra justa que les permitiría seguir con su registro y con presencia en el Congreso de la Unión. Vaya, sería algo así, como un apéndice de Morena porque contaría con sus votos d ellos legisladores para conservar la mayoría simple de 250 más uno.
Y, la segunda, es que si realmente Marcelo decide salirse de Morena es porque quiere hacer que pierda Claudia Sheinbaum y para ello necesitaría irse, director y sin escalas al Frente por México y de paso convencer a Movimiento Ciudadano hacer lo mismo.
Ese escenario entonces sería el que detonaría en el terreno político con auténticos focos rojos para los morenos y con mayor preocupación para el que manda en Palacio Nacional, porque sometería, en automático que en 2024 los opositores ganaran la Presidencia de México, el Congreso y 6 de las 9 gubernaturas.
Marcelo Ebrard también influiría, con esa acción de juntarse con los opositores con sus 80 diputados y algunos senadores que están en Morena para dejar la bancada de Andrés Manuel López Obrador y pasar al PRI, PAN, PRD y MC.
Engordaría la super bancada y dejaría sin mayoría a los morenos y sus aliados con un alto riesgo de no alcanzar, desde Palacio los votos para aprobarles el Presupuesto del 2024.
Ese escenario sometería al partido de López Obrador a ceder terreno a sus adversarios para conseguir sus votos y no crea que le gustaría mucho al Presidente.
De por si que hoy los números no le favorecer a Morena, si bien conserva la popularidad AMLO, las encuestas arrojan el 48 por ciento contra 45 por ciento del PRI de Alejandro Moreno “Alito”, PAN de Marko Cortés y PRD de Jesús Zambrano, junto con MC de Dante Delgado.
En la disputa por el nuevo Congreso de la Unión, AMLO y sus aliados les dan una escasa ventaja de seis puntos sobre los opositores, una cifra que los pone en empate técnico.
La preocupación del Presidente es que la abultada ventaja con la que empezó, en 2018, hoy quedó muy acortada, obviamente por los yerros d su gobierno, los actos de corrupción saqueo de sus colaboradores y las preferencias de contratos millonarios a los amigos de sus hijos.
Esos son los dos escenarios que están en juego para que Marcelo Ebrard decida este lunes, no es una tarea fácil, pero tampoco es imposible si tomamos en cuenta que ya perdió en una burla orquestada por el que manda en Palacio que lo dejó vestido y alborotado.
Claudia siempre fue la preferida de AMLO, fue la consentida y fue la candidata desde que arrancó el 2018, su proyecto fue muy claro pero no lo creyeron: para el 2024 México será gobernado por una mujer.
En puerta congreso con renuncias
Tanto en el Senado que preside la morenista, Ana Lilia Rivera y la Cámara de Diputados de su presidenta del PRI, Marcela Guerra, en los próximos días comenzarán la danza de las renuncias para legisladores que buscarán ganar las candidaturas de sus partidos a los diferentes cargos populares.
Serán 9 gubernaturas, la renovación de 500 diputados y 128 senadores, Congresos locales y presidencias municipales.
Entre los diferentes cargos en juego, anote como ejemplo para Puebla al ex presidente del Senado, Alejandro Armenta y el actual coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier. Para Chiapas, el actual coordinador de la bancada de Morena, en la Cámara Alta, Eduardo Ramírez que dejaría también la presidencia de la junta de Coordinación Política (JUCOPO) y el liderazgo del Senado. Solo como ejemplos esos dos casos, pero puede advertir que cuando se habrán las convocatorias, brotaran como burbujas las renuncias, de uno y otro lado, es decir de todos colores