Por: José Antonio Chávez
En Morena no se quieren aventurar en dar una respuesta inmediata por el ultimátum que les puso el ex canciller Marcelo Ebrard sobre la impugnación que presentó para reponer el proceso que le dio el triunfo a Claudia Sheinbaum.
Acusó, en esa impugnación la cargada de gobernadores y secretarios de Estado, amén de las amenazas a la militancia de seguidores de Ebrard para que no votaran.
Desde luego que la preocupación es mayúscula para el que manda en Palacio Nacional, porque los focos rojos son en las bancadas de la Cámara de Diputados y del Senado toda vez que hay unos 80 diputados y otros más senadores que pueden salir de Morena y afectar su mayoría de 250 más uno.
Esa preocupación de López Obrador es porque si Morena no le da una respuesta satisfactoria a Marcelo Ebrard, sin duda dejará el partido y en automático sus legisladores migraran de los morenos y aliados.
Que significaría esa migración, bueno, en primera que Morena perdería el número de votos para poder aprobar el Presupuesto antes del 15 de diciembre que vence el plazo. Ese Presupuesto contempla los programas sociales y las extensiones presupuestales para las magno obras del Tren Maya, entre otras.
El Tren Maya, de entrada, contempla unos 160 mil millones de pesos más para el 2024, cifra que acumulará unos 500 mil millones en total para su conclusión y arranque de operaciones.
Otro punto en contra es qué si Marcelo Ebrard encabeza la candidatura de Movimiento Ciudadano para el 2024, el propio Ricardo Monreal estimó que puede descalabra a Morena porque alcanzaría un 12 por ciento y al menos el 10 por ciento sería de votos de los morenos y sus aliados.
Ebrard está arropado de diputados y senadores del Partido Verde y del Partido del Trabajo, la mayoría, a pesar de las amenazas, está dispuesto a seguirlo incluso para el plan b de la construcción de otro partido político a partir de este próximo lunes.
En ese sentido, el Presidente López Obrador llamó a sus cabezas del partido, encabezados por su líder Mario Delgado y los coordinadores del Congreso, Eduardo Ramírez del Senado e Ignacio Mier de la Cámara para valorar una posible desbandada.
Desde luego que si se cumple ese pronóstico de insatisfacción de los resultados que les den a la impugnación, Ebrard estaría abandonando el partido y en consecuencia armaría otra bancada, por el momento de independientes pero que estaría cargado a favorecer a los opositores para evitar que no pase el Presupuesto.
Precisamente por ello Monreal expresó que no se puede desestimar el alcance de Ebrard, que es necesario jalarlo para que no se vaya del partido, pero se le tiene que ofrecer certidumbre y seguridad de lo que se le ofrezca, porque sin duda podemos advertir que ya está con un pie fuera.
Vamos a ver si antes del grito del 15 d septiembre, Mario Delgado presenta una propuesta al Presidente y ver si es viable para que Ebrard no abandone ese partido.
Su salida, sin duda pondrá en riesgo el triunfo en el 2024, y si López Obrador no logra acuerdos para evitarlo, puede darse por enterado que Ebrard, si se sostiene en su encabronamiento les puede cobrar muy caro las facturas que de por sí ya había una desde el 2012 que dejó pasar al que manda en Palacio nacional con la promesa que en la siguiente sería para él.
Con un pie afuera Monreal de CDMX
Para Ricardo Monreal no está en condiciones de buscar la jefatura del gobierno de la Ciudad de México. Prácticamente esta con un pie fuera de la aspiración.
El senador con licencia tal vez regrese a su escaño que dejó para irse a la pelea por la candidatura Presidencial.
Este lunes resolverá si se regresa, toda vez que el mismo cargo que heredo a Eduardo Ramírez quedará, en breve también vacante porque su titular va que vuela a la candidatura del gobierno de Chiapas. La próxima semana será de reacomodos, y tal vez haya sorpresas.