Por Michelle Bermúdez Betancourt
Estando tan cerca del día que elegiremos a nuestro próximo gobierno, fecha que no está de más recordar será el próximo 2 de junio, resulta inevitable que las ideologías, opiniones y críticas políticas se apoderen de nosotros manifestándose en cada conversación que tenemos con amigos, familiares e inclusive con desconocidos en redes sociales.
En mi experiencia de los últimos días, me he encontrado con jóvenes que no están dispuestos a votar o que manifiestan no tener interés en las próximas elecciones.
Se tiene una creencia sostenida de que se vale no salir a votar cuando ninguno de los candidatos o candidatas nos convence por completo. De una u otra forma, lo percibimos como un acto de manifestación o de castigo a la clase política y a los partidos. Lo cierto es que no hay nada más falso que eso. Lo que realmente hacemos al no votar es mandar un mensaje de indiferencia e irresponsabilidad; se convierte en un factor para que el gobierno se sienta intocable y sin contrapesos que lo vigilen.
La mejor manera de mandar un mensaje es saliendo a votar. Especialmente ahora, que nos encontramos en un escenario y realidad de tanta polarización, pobreza y violencia, debemos dejar claro que aquí estamos y que aquí nos vamos a quedar.
La realidad es que las únicas personas a las que castigamos con el abstencionismo es a nosotros mismos y, más importante, a aquellos que no pueden votar, siendo estos por excelencia los niños, niñas y adolescentes. Varias veces lo he dicho ya en este espacio; sin embargo, no debemos dejar de insistir, entre aquellos que nos rodean, que el voto más que un derecho, es una obligación.
Ahora bien, si no encuentras motivo o razón suficiente para salir a votar por interés propio, hazlo por el de aquellos que no tienen voz y cuya esperanza, confianza y futuro depende de que tú participes, estes atento o atenta y tomes una buena decisión; una informada y meditada.
Te voy a platicar la realidad de la infancia de nuestro país, al día de hoy, en unos cuantos datos.
En lo que va del sexenio han desaparecido y no han sido localizados 2,190 niños, niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años. Eso quiere decir que, en promedio, han desaparecido 6 niños, niñas y adolescentes a diario.
Se estima que actualmente hay al menos30 mil niños, niñas y adolescentes que fueron reclutados por el crimen organizado.
Tan solo en 2023, 752 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados de manera violenta. En lo que va del sexenio hay más de 11,400 menores víctimas de homicidio; en promedio, 6 son asesinados a diario.
Se calcula que 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes trabajan.
Casi el 80% de los menores de 18 años se encuentran en algún grado de pobreza o vulnerabilidad socioeconómica.
Entre el 2018 y el 2022 hubo 33,283 víctimas de violencia sexual de entre 1 y 17 años de edad. En promedio, 18 niñas, niños y adolescentes son víctimas de abuso sexual a diario. De las cuales el 93% son mujeres.
México es el principal productor de pornografía infantil en el mundo; se produce el 60% del contenido total.
Estos son tan solo algunos indicadores; desafortunadamente podríamos escribir libros completos con las cifras que muestran una muy terrible realidad para la infancia y adolescencia de nuestro país.
Espero que este pequeño vistazo a la realidad sea suficiente no solo para que te dispongas a salir a votar, sino, más importante, para que convenzas a todas las personas que te rodean que salgan a votar. Y no solo eso, cambiemos nuestra forma de ser ciudadanos, vamos a votar y vamos a mantenernos activos y vigilantes siempre.
La política, definitivamente, es algo que nos afecta a todos y que nos debe importa a todos. No podemos seguirle fallando a nuestros niños y niñas de esta manera, como ciudadanos tenemos una responsabilidad gigante, y tenemos, además, el poder de decidir cambiar esta realidad.
No seamos indiferentes, el país necesita un cambio de rumbo. Que no te enseñen “otros datos”, las cosas no están bien. Cualquier persona que se atreva a justificar esta realidad por la que atraviesan la infancia y adolescencia de nuestro país es una persona a la que simplemente no le importa el país ni su bienestar. Un gobierno que realmente se preocupa por la nación, comienza por ocuparse del bienestar de los niños y niñas que son, sin duda alguna, lo más valioso y vulnerable de toda sociedad.
Está en nuestras manos la decisión, está en nuestras manos cambiar de rumbo; y de manera, muy especial está en las manos de los jóvenes, quienes representamos el 27% de la lista nominal; que nadie te haga creer que no tienes nada que ver y que tu voto no sirve o vale nada.