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¿Y los ovarios de tamaño de melón?

Tiempo de lectura: 4 minutos

Aquí en el Congreso

Por José Antonio Chávez

Cuando comenzó a sonar Xóchitl Gálvez como una de las aspirantes con fuerza, no para la Presidencia sino para la Ciudad de México en una clara competencia para Santiago Taboada, candidato natural, fue porque soltaba una critica sistemática contra el Presidente.

Desde luego que se desenvolvía sin un equipo de burócratas acortonados y pasados de moda, como parecen estar hoy su circulo más cercano, mostraba fuerza y seguridad en sus mensajes contra el mandamás del Palacio Nacional. Era accesible y caminaba por los espacios de la Cámara Alta sin ataduras o restricciones para los presentes.

Se juntaba con sus pares y compañeras del Senado, Kenia López y Lilly Téllez, formaron una tercia que hasta el puritito demonio les tenía miedo. Metían en aprietos a la presidenta de la Meza Directiva de la Cámara Alta, Ana Lilia Rivera, que tenía que hacer gala de sus tablas para conducir la sesión evitando la confrontación cuando se subía el debate de tono.

Fueron implacables en sus críticas contra el gobierno, se enfrentaban a las senadoras morenistas sin perjuicios o debilidades, a pesar de ser minoría.

Xóchitl saltó a la fama cuando exhibió en el patio del Senado una maqueta de la casa Gris, armado por figuras de lego.

Era una rubrica que se podía soñar la forma de vida del hijo del Presidente, era la mansión en Estados Unidos que la Presidencial desnudó como un privilegio del propietario que ofreció al junior y su esposa, a cambio de los contratos millonarios de PEMEX que le entregaron a la empresa de su sociedad.

Estaba cantado el pelito de la oposición con el Presidente que acusó a Xóchitl querer eliminar, como senadora los programas sociales, la Presidencial decidió ir para entrar en la mañanera en su reclamo al derecho de réplica. No lo consiguió ni con las leyendas en pancartas de me tiene miedo, ni con el amparo de un juez que le dio entrada al amparo.

Xóchitl regreso al Senado y ahí soltó que el Presidente le negó el derecho a responder sobre los programas sociales, y en una pancarta le restregó que le tienen miedo.

Porqué cree que no le dejaron entrar a la mañanera, le preguntamos en corto cuando exhibía la casa Gris.

.-Creo que me tienen miedo, pero aquí estoy, que sepan que yo no les tengo miedo y que sepan que tengo los ovarios del tamaño de un melón.

Esas frases levantaron su figura para fortalecer su ruta a la candidatura Presidencial, una Xóchitl suelta, sin tibiezas y muy segura en sus críticas, con respuestas rápidas y sin titubeos. Una Xóchitl sin manager que le restringiera que decir y que no, llena de ocurrencias, la mayoría tiros de precisión o dardos envenenados contra el que manda en Palacio Nacional.

Esa Xóchitl es la que debe regresar a la campaña, que dejen de secuestrada su equipo cercano, comenzando por Max Cortázar, por Santiago Creel y anexas, que la dejen en libertad y Kenia lo sabe, Lilly lo sabe, ellas son clave para aprovechar esta brecha que se acortó con la candidata oficial.

Xóchitl necesita encerronas con sus liderazgos de los tres partidos, Alejandro Moreno “Alito” del PRI, Marko Cortés del PAN y Jesús Zambrano del PRD. Son claves para evaluar la campaña y enriquecerla.

Ellos tres tienen una vagancia política que pueden aportar a la Presidencial. No se puede deslindar de los partidos como le intentan insertar en su discurso sus cercanos, no puede caer en el error hoy que está en la mejor etapa de su campaña, a pesar de los yerros del debate.

En el PRI, su líder Alito señaló que Xóchitl convenció a los priistas y por eso la hicieron su candidata porque su forma de ser, su figura pública, su manera de hacer política y su desempeño como mexicana con sus ocurrencias y por ser entrona, le permitió conectar con los mexicanos de a pie, vivió en Iztapalapa y sus raíces son indígenas. Hoy, además de política, es una exitosa empresaria.

Conecta tanto con la clase media baja y la clase baja, como con la media alta, es decir puede comer en la esquina en el carrito de hot dog o tacos en el laminero, o en un restaurante con estrella michelín.

Xóchitl debe regresar a las andadas, a ese campo fértil que le dio el cimiento para ganarse la confianza de los mexicanos que no están de acuerdo con este gobierno, de la esperanza para los incrédulos que también están lastimados y de los indecisos que son millones.

Para nadie es secreto que hay buenas propuestas, sobre todo en fortalecer los programas sociales, que lejos de eliminarlos, quiere potencializarlos y ordenarlos, pero enfrenta dos barreras, la primera que los medios de comunicación, en su mayoría ya están controlados por la candidata oficial y no le dan ni le darán espacios, y la segunda la incapacidad de una estrategia para mediatizarlos.

El escenario para Xóchitl Gálvez hoy está con una gran oportunidad de coronarse, el Congreso ya los opositores ganaron terreno para arrebatarle la mayoría a Morena y aliados, pero falta la Presidencial, y ahí es donde está en sus manos, es tiempo de dar el manotazo e incrementar la responsabilidad y no dejarla a uno solo.

Ojalá qué puedan entender en su equipo la oportunidad de oro y no la encierren, que la dejen volar, que le dejen que se muestre que realmente tiene los ovarios del tamaño de un melón como se lo dijo al Presidente, que hable y suelte, pero también administre seriamente su discurso, con sus mejores propuestas, de lo contrario el filón de oro se disminuirá en un fracaso.

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