Aquí en el Congreso
Para nadie es secreto que la elección del domingo 2 de junio que ganó la Presidencia de México, Claudia Sheinbaum, fue una elección de estado.
El margen de 59 por ciento para Claudia Sheinbaum y 27 para la oposición, sin duda es una cifra que si fuera real sería más que preocupante.
Desde luego que son números generados por la operación de los 23 gobernadores de Morena que metieron toda la carne al asador, obviamente con la asesoría, sin duda de los ex priistas que migraron a ese partido a cambio de protección de no ser juzgados.
Tal vez, incluso, por los números tan abultados se les pudo haber pasado la mano, fue justo una operación que hacía en los 70¨s el viejo priismo de la era de Echeverría, con carro completo y la oposición sin chistar o los apaleaban.
Hay estados donde de plano se vieron atascados en su afán de quedar bien con el que manda en Palacio, anote, por ejemplo, Yucatán donde sin duda el actual gobernador, Mauricio Vila tenía bien sincronizado entregar el estado a López Obrador, como lo hicieron varios ex gobernadores priistas.
Vila andaba muy enojado con los líderes de la oposición, Marko Cortés del PAN y Alejandro Moreno “Alito” del PRI porque no le cedieron imponer a su delfín en la candidatura del estado y tampoco, a el lo hicieron Presidencial. Increíblemente, el candidato de Morena, Guacho Diaz, que andaba en números abajo dos a uno de Renán Barrera del PAN-PRI-PRD, con todo y sus golpes por lo accidentado, arrasó el domingo.
Otro de los estados en ese escenario, esta Quintana Roo que gobierna Mara Lezama de Morena, ahí tampoco se midieron, Morena ganó los once municipios desahogadamente, con excepción de la ciudad capital de Chetumal que quedó con una diferencia de 40 votos entre los morenos y el retador de Movimiento Ciudadano.
Se llevaron el Congreso local y dejaron destartalada toda la oposición, es decir ahí fue carro completo más IVA.
Lo más preocupante de estas elecciones, es sin duda que Morena con Claudia Sheinbaum va a llegar con un Congreso de la Unión con mayoría calificada, es decir sin el menor problema de aprobar todo tipo de ocurrencias y reformas que le plazca. Contará con los dos tercios que se necesitan de los 500 diputados y 128 senadores.
Lo peligroso es el mes de septiembre que tendrá a su disposición ese Congreso el Presidente López Obrador, pues contará con 30 días para hacer y deshacer con esa mayoría en la Cámara de Diputados y el senado de la República.
No pierda de vista que su enojo de López >Obrador fue que no le aprobaran las reformas Eléctrica, la Guardia Nacional y la Electoral, hoy incluso está la del Poder Judicial. Le faltaban votos, pero hoy le sobran.
Dicen los que saben que el sueño del Presidente, como Primer Mandatario, cambiar la Constitución, pues su corazón le latía para su reelección. Hoy está en las posibilidades de cambiar las leyes.
También puede deshacer la Corte, desaparecer de un plumazo los institutos autónomos como el IFAI, INE, IFETEL, etcétera que tanto dolo de cabeza le dieron este sexenio que termina el último minuto de septiembre.
Para el cambio de estafeta, no habrá sobresaltos con la próxima Legislatura, por un lado, las actuales presidentas del Congreso, la senadora de Morena, Ana Lilia Rivera, en la Cámara Alta logró la relección, mientras que la priista diputada, Marcel Guerra hizo lo propio para San Lázaro. Ambas entregaran a la nueva Legislatura la Cámara de Diputados y el senado de la República.
El PRI de los 70¨s, sin duda está por regresar en el cuerpo de los morenos aunque hoy tengan la piel de oveja. Habrá más programas sociales y habrá un México con un gran porcentaje del pueblo con una dependencia de su gobierno. Los benditos programas sociales seguirán apuntalando en lo electoral.