Última actualización el octubre 11, 2024
Tiempo de lectura: 2 minutosEl número de repartidores de aplicaciones como DiDi, Uber, Rappi, entre otras, ha ido creciendo en los últimos años, logrando captar la atención de la ahora presidenta Claudia Sheinbaum.
Y es que esta modalidad de autoempleo ha puesto en un reto a las autoridades laborales de México. Pero cuando en otros países se ha actuado de manera novedosa, en México se buscan fórmulas del pasado que podrían perjudicar a estos trabajadores de apps.
Hoy está sobre la mesa la importancia de regular este tipo de empleos, así como de otorgar mejores condiciones laborales como seguridad social, pero al parecer no todos los repartidores están de acuerdo con esto por lo que podría implicar.
Algo hay que reconocer a este tipo de trabajos, es que muchas personas deciden entrar a este sector laboral por la flexibilidad y autonomía que tienen, ya que en algunas ocasiones es su segunda fuente de ingresos.
Se estima que en todas las plataformas tienen alrededor de 2.5 millones de estos “socios”, una cifra que refleja la importancia que ha ido adquiriendo este sector en la economía del país.
Hay que tener en cuenta que estos empleos no solamente son fuente de ingresos para millones de mexicanos, sino que también impulsa la economía digital del país. Pues, según datos de Buendía & Márquez, 43 millones de personas en México utilizan estas apps para adquirir productos y servicios.
Imaginemos la magnitud de ese monstruo y la cantidad de dinero que se mueve a través de ellas. A pesar de la importancia económica de su trabajo, muchos repartidores carecen de prestaciones laborales básicas. La mayoría de ellos no cuenta con seguridad social, lo que los deja vulnerables ante enfermedades, accidentes y otras contingencias.
La nueva administración de Sheinbaum ha prometido abordar esta problemática, tanto así que en su discurso de toma de protesta, mencionó su compromiso de regular el acceso a la seguridad social para los trabajadores de plataformas.
Y aquí viene el principal desafío: ¿Cómo implementar estas prestaciones sin afectar la flexibilidad que los repartidores valoran? Y es donde los Repartidores Unidos de México (RUM) han propuesto un Decálogo de Repas, que busca un esquema dinámico y flexible para acceder a la seguridad social sin necesidad de establecer una subordinación laboral tradicional.
Trabajar de esta forma permitiría a los repartidores mantener su independencia mientras reciben las protecciones necesarias, pues al tener prestaciones tendrían la obligación de cumplir un horario, y hay un alto porcentaje de repartidores que cuentan con una fuente de ingresos principal y esta es segunda.
El objetivo de RUM es claro: asegurar que cualquier reforma preserve la flexibilidad y autonomía que actualmente disfrutan los repartidores.
Esta unión de repartidores aboga por un marco regulatorio que fomente la colaboración entre plataformas, repartidores y el gobierno, asegurando que las voces de los repartidores sean escuchadas y consideradas en cualquier decisión que afecte su trabajo y bienestar.
La regulación del trabajo de los repartidores de apps es un tema complejo que requiere un equilibrio entre la protección de los derechos laborales y la preservación de la flexibilidad laboral. Es vital que las autoridades, las plataformas y los repartidores colaboren para encontrar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas. ¿Se logrará? Por lo que vemos, el gobierno de Claudia Sheinbaum va con todo por regular a todo lo que tenga que ver con la economía digital, la cosa es estar seguros de que sepan lo que hacen.