Para muchos artistas y creativos, la creación es un acto de indulgencia y pasión. Ver cómo una idea se materializa es, en sí misma, una recompensa.
Sin embargo, en el mundo real, no todas las personas se verán atraídas ni conectarán con lo que ofrecen, especialmente cuando hablamos de productos intangibles como el arte plástico, la música o la danza.
En palabras de Sergio Su, Coordinador del colectivo Converse ALL STARS México y quien brindó el conversatorio de este mes, “El que les habla a todos no le habla a nadie… es mejor ser el mundo para unos pocos, que ser poco para todo el mundo.” Este enfoque define el camino para los artistas que desean encontrar a su cliente ideal.
Para este público, no basta con apreciar el talento; debe existir una conexión emocional. Como dice el propio Su: “Si no me representa, no me interesa.” La clave es identificar a esos seguidores que ven en la obra una representación de sí mismos, de sus emociones, o de sus valores. Aquí, más que hablar de clientes, se trata de buscar una audiencia que conecte profundamente con la experiencia que el artista ofrece.
Estrategias para encontrar al cliente perfecto
Definir el Valor Emocional y Experiencial: Los artistas no venden productos en sí; venden experiencias y emociones. Reflexionar sobre qué emociones evoca su arte (nostalgia, inspiración, etc.) ayuda a perfilar a las personas que valoran estas experiencias, y a segmentar una audiencia que busca esta conexión. Aquellos interesados en temas como el crecimiento personal, la conciencia social o la espiritualidad pueden estar dentro de este perfil ideal. De hecho, durante el conversatorio, Su propone un ejercicio inspirado en Alexander Osterwalder, quien realizó el Canvas Business Model – cuyo lienzo está al alncance de todos a través de un mapa de empatía:
Este ejercicio nos permite desarrollar un proyecto en modo hipótesis para tratar de conectar con el cliente ideal. Para llegar a este punto, es necesario responder las siguientes preguntas:
¿Cuál es tu producto y que resuelves con él?
¿Cuáles son los dolores de tu cliente ideal?
¿Cuáles son los sueños y aspiraciones de tu cliente ideal?
¿Cuáles son las tareas cotidianas de tu cliente ideal?
¿Cómo tu producto ayuda a resolver los “dolores” de tu cliente ideal?
¿Cómo tu producto ayuda o beneficia a los sueños y aspiraciones de tu cliente ideal?
¿Qué escuchan, qué ven, qué dicen, qué sienten o piensan?
“Es importante que cuando tengamos estas hipótesis, las validemos en el día a día con nuestro producto, no sólo vendiendo, sino recopilando data que nos permita saber si estamos yendo por el camino correcto”, dijo Su. Una vez haciendo este ejercicio, existen otro tipo de análisis que podrían profundizar el encuentro con ese cliente ideal como:
Redes sociales y análisis de datos: Herramientas de plataformas como Instagram o TikTok permiten observar quién interactúa más con el contenido. Estos datos brindan detalles sobre edad, ubicación e intereses de la audiencia, ayudando a los artistas a entender a quiénes realmente les interesa su trabajo y qué aspectos valoran más.
Segmentación psicográfica y de consumo de contenidos: Además de la demografía, es crucial entender el estilo de vida y valores de los seguidores. Conocer qué tipo de contenido les interesa (videos reflexivos, música introspectiva o arte visual emocional) orienta al artista a crear material que capture su atención y fidelidad.
Encuestas y retroalimentación: Hacer preguntas directas a la audiencia sobre sus gustos y temas favoritos ayuda a profundizar en sus preferencias. Esto no solo ajusta futuras creaciones, sino que refuerza la relación, haciendo que el público sienta que es parte de la obra.
Colaboraciones estratégicas: Al asociarse con otros artistas o creadores que compartan audiencias similares, como escritores, músicos o creadores visuales, el artista accede a seguidores que probablemente valorarán su propuesta artística. Esto amplía su alcance y fortalece el vínculo con una audiencia que ya está predispuesta a conectar.
Estos pasos permiten al artista construir una audiencia sólida y fiel, evitando hablarle a un público demasiado amplio y, por ende, diluir el mensaje. Crear un perfil profundo del seguidor ideal no solo mejora la promoción, sino que también refuerza el propósito artístico y la conexión que el público siente con la obra.
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