En un contexto global donde la transformación tecnológica avanza a grandes pasos, las billeteras digitales han emergido como un actor fundamental en el acceso al crédito en México.
Estas plataformas abren nuevas puertas para millones de personas históricamente no bancarizadas, es decir fuera del sistema financiero tradicional, y les permite acceder a servicios que antes eran inalcanzables.
El camino a la digitalización cada vez se hace más presente en la vida cotidiana de miles de personas. Las billeteras virtuales permiten realizar diversas operaciones financieras, como administrar el dinero, realizar pagos sin necesidad de efectivo o tarjetas, e incluso -en algunos países- ofrece la posibilidad de otorgar préstamos personales o microcréditos.
Además, las wallets digitales pueden enrutar los pagos en función de las preferencias del consumidor a los rieles de tarjetas; a los rieles de pago en tiempo real (infraestructuras tecnológicas que facilitan la transferencia de dinero entre diferentes ecosistemas financieros, permitiendo que los pagos se realicen en fracciones de segundo), o bien, para abrir APIS bancarios y pueden añadir una capa de identidad y autenticación, volviéndolas más seguras.
En México, un estudio de Capterra indica que el 70% de los consumidores con smartphone ya utilizan carteras digitales, y de ellos el 91% las utiliza para realizar pagos. De acuerdo con el Global Payments Report 2024 de Worldpay, se espera que las billeteras digitales representen el 37% del gasto tan solo en comercio electrónico para 2027, un aumento significativo respecto al 28% registrado en el último análisis en 2023.
De esta manera, las billeteras no sólo redefinen los hábitos de consumo, sino que también democratizan el acceso a productos financieros esenciales. A través de estas plataformas, millones de usuarios pueden acceder a productos de crédito como tarjetas o préstamos, sin la necesidad de una cuenta o historial bancario tradicional. Este acceso es especialmente relevante para las poblaciones no bancarizadas o sub-bancarizadas, quienes históricamente han enfrentado obstáculos significativos para participar en la economía formal, como por ejemplo los segmentos rurales, inmigrantes, y el segmento minorizado de las mujeres.
Un aspecto clave de esta revolución financiera tiene que ver con la tecnología de automatización. Los motores de decisión crediticia, que utilizan datos alternativos para evaluar la solvencia de los usuarios, al integrar variables como el comportamiento de consumo y la actividad en línea, abren nuevas posibilidades para aquellas personas que antes quedaban fuera del sistema financiero, contribuyendo a la creación de una economía más equitativa. Este enfoque permite que cada vez más segmentos accedan a créditos y financiamientos.
Mariano Sokal, director y cofundador de uFlow, empresa de tecnología aplicada a la automatización del crédito, comenta: “Las billeteras digitales no solo están transformando la manera en que pagamos, sino que están creando un puente hacia la inclusión, y posterior evolución financiera. Gracias a la tecnología, estamos viendo cómo personas que antes no tenían acceso a servicios financieros, ahora pueden participar activamente en la economía, mejorando su calidad de vida y abriendo nuevas oportunidades de crecimiento”.
Con cerca de la mitad de la población mexicana aún sin acceso a servicios financieros formales (sólo el 17% tiene tarjeta de débito y menos del 5% cuenta con tarjeta de crédito, de acuerdo al Banco de México), el crecimiento de las billeteras digitales y el uso de tecnologías innovadoras marcan un hito crucial hacia un futuro más inclusivo.
Estas herramientas reconfiguran el panorama financiero de México, brindando a sus ciudadanos la oportunidad de integrarse y prosperar en la economía digital global y se convierten en la palanca más tangible para lograrlo.
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