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Ley de Telecomunicaciones: abriendo la puerta a la censura

Última actualización el febrero 12, 2025

Tiempo de lectura: 4 minutos

Si algo ha demostrado la 4T, desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y ahora en el de Claudia Sheinbaum, es que las leyes para ellos no son para una mejor convivencia de la sociedad, sino para beneficiar a su movimiento, ejerciendo o queriendo ejercer un control casi asfixiante, ya sea por medio de un control mediático o de negocios.

  • La ambigüedad del término «plataformas» en la nueva ley no solamente regilaría a Uber, Airbnb, también a redes sociales Meta, también a empresas de telecomunicaciones como AT&T y Telcel, pues irían sobre la neutralidad de la red podría permitiendo que el Estado priorice ciertos contenidos o servicios, favoreciendo a medios afines a la 4T.
  • Según Zendesk Latam, la creciente preocupación por la seguridad de la información personal ha llevado a los líderes de

Este es el caso de la reciente filtración del proyecto de ley de telecomunicaciones y radiodifusión, que ya está haciendo que más de uno levante la ceja y se preocupe. Este proyecto, que pretende regular las plataformas tecnológicas, se puede convertir en un instrumento de censura y control estatal sin precedentes en México.

Y es que la nueva ley maneja la ambigüedad del término «plataformas», lo que no solo afectaría a Uber, Airbnb, también a las redes como Meta, Twitter, YouTube y muchas otras, que podrían reconsiderar su presencia en México ante un entorno tan hostil. Esta ambigüedad también podría acabar con la competencia en telecomunicaciones, ya que al imponer restricciones y costos adicionales a las plataformas privadas, se limita la capacidad de empresas como AT&T y Telcel para competir en igualdad de condiciones.

Pero a todo esto habría un ganador, ya que este entorno podría beneficiar y llevar a una consolidación del mercado en manos de empresas estatales como Altán y CFE Telecomunicaciones, reduciendo la competencia y afectando negativamente a los consumidores. Según datos del ya casi extinto Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la competencia en el sector ha permitido una reducción del 40% en los precios de los servicios de telecomunicaciones en los últimos cinco años. La falta de competencia podría revertir estos avances y perjudicar a los usuarios finales.

Altán Redes firmó un acuerdo con CFE Telecomunicaciones para utilizar su infraestructura, lo que le permite mejorar su cobertura sin incurrir en los costos de despliegue. Esto sugiere un intento deliberado del gobierno para consolidar su control sobre el sector de las telecomunicaciones. Esto no solo afectará a los consumidores, que verán reducidas sus opciones, sino también al desarrollo económico del país. En 2023, la inversión extranjera directa en el sector de telecomunicaciones en México fue de aproximadamente 1,500 millones de dólares, una cifra que podría disminuir drásticamente si se implementan estas regulaciones.

Ahora, no solo eso, el Estado también podrá bloquear contenidos y plataformas a su discreción. Bajo el pretexto de regular las plataformas digitales, el gobierno podría exigir la eliminación de cualquier contenido que considere inapropiado o incluso bloquear completamente una plataforma. Esto no solo atenta contra la libertad de expresión, sino que también establece un peligroso precedente donde el Estado actúa como juez y verdugo del contenido digital. Solo hay que recordar que más del 70% de los mexicanos utilizan redes sociales como principal fuente de información, esto de acuerdo con la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI), lo que hace que esta medida sea aún más preocupante.

Y en el ojo de todo esto se encuentra la creación de la Agencia de Transformación Digital, dirigida por José Merino. Las empresas tecnológicas estarían obligadas a contribuir a esta agencia, lo que podría interpretarse como una forma de extorsión estatal. Además, no queda claro cómo se utilizarán estos fondos, lo que abre la puerta a posibles abusos y corrupción. Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que la falta de transparencia en el uso de fondos públicos es uno de los principales obstáculos para la inversión en México.

¿Cómo lograr esta posible censura? Con la neutralidad de la red. Para aquellos que no lo conocen, les explico: es el principio de que todos los datos que circulan por la red deben ser tratados de la misma manera, sin discriminación. Sin embargo, esta ley podría acabar con este principio al permitir que el Estado priorice ciertos contenidos o servicios sobre otros. Esto no solo afectaría a los consumidores, sino que también podría ser utilizado para favorecer a medios alternativos y canales de YouTube afines a la 4T, mientras se limita el acceso a plataformas críticas del gobierno. La neutralidad de la red es esencial para mantener un ecosistema digital competitivo y equitativo.

Para finalizar, esta ley representa un grave retroceso para México. No solo pone en riesgo la libertad de expresión y la privacidad de los ciudadanos, sino que también amenaza con frenar la innovación y el crecimiento económico. Es crucial que se abra un debate público amplio y transparente sobre este proyecto antes de que se convierta en ley…y toda esta reflexión en el 11 de febrero “Día Internacional del Internet Seguro”.

Gemelos Digitales

Y justamente en el marco del día se la seguridad de internet es vital recordar a las empresas que protejan la privacidad de los datos de los consumidores mientras ofrecen experiencias personalizadas. De acuerdo con Zendesk Latam, con la creciente preocupación por la seguridad de la información personal, los líderes de Experiencia del Cliente (CX) están adoptando medidas avanzadas como protocolos encriptados y monitoreo constante de amenazas. Walter Hildebrandi, Chief Technology Officer de la empresa de origen danés, considera que esencial que las decisiones basadas en IA sean transparentes y comprensibles para los clientes, reforzando la confianza y estableciendo un estándar ético, pues los líderes de CX están adoptando un rol proactivo en la protección de datos, no solo para cumplir con regulaciones, sino para garantizar que cada interacción sea segura y confiable. Proteger los datos no es solo una cuestión técnica, sino una responsabilidad integral que impacta directamente en la experiencia del cliente. Las empresas que priorizan la seguridad y adoptan prácticas éticas no solo protegen a sus clientes, sino que también fortalecen su reputación y aseguran su relevancia en un entorno digital en constante evolución. La confianza en el manejo de datos será clave para las marcas que busquen prosperar en este mundo conectado.

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