La decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles del 25% a más del 50% de las exportaciones mexicanas ha encendido alertas no solo en el terreno comercial, sino también en el laboral.
Sectores estratégicos como el automotriz, electrónico y manufacturero, que dependen en gran medida del mercado estadounidense, enfrentarán presiones que van más allá del aumento en costos operativos.[1]
Aunque México quedó exento de represalias recíprocas por parte de Canadá y otros países, el golpe económico es directo: las tarifas impactan sobre productos con alto valor agregado y podrían desacelerar el crecimiento de empleos en regiones industriales clave. Según datos del Consejo Coordinador Empresarial, al menos 7 de cada 10 empresas exportadoras podrían verse obligadas a revisar sus proyecciones de contratación para el segundo semestre del año.
No obstante, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), durante el primer trimestre de 2025 se crearon más de 100,000 nuevos empleos formales[2], lo que demuestra que sectores como logística, tecnología y servicios especializados continúan generando oportunidades.
En este escenario, la gestión del talento se convierte en un desafío transversal. Las áreas de Recursos Humanos deberán anticiparse a los efectos colaterales: desde la posible contención de sueldos hasta el rediseño de equipos, la redistribución de funciones o incluso el ajuste de beneficios.
“La incertidumbre económica tiene un impacto emocional inmediato en las plantillas. Cuando las personas perciben riesgo sobre su futuro laboral, la productividad, el compromiso y la moral pueden verse afectadas”, señala Mauro L’Estrange, Co Founder de High Flow (Consultora de Executive Search para LATAM). “Por eso es vital mantener la comunicación abierta, cuidar el talento estratégico y prepararse para escenarios que requieren una rápida adaptación”.
Además, se reportó que México captó 36.8 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED) en 2024, un incremento del 2.3% respecto al mismo periodo según datos del Banco de México[3], lo que sugiere confianza internacional en el potencial productivo del país, incluso en medio de tensiones comerciales.
La presión también será mayor en zonas fronterizas y corredores industriales como Guanajuato, Querétaro o Nuevo León, donde las cadenas de valor con empresas estadounidenses son más estrechas. Allí, la flexibilidad operativa y la capacidad para reconvertir perfiles podrían marcar la diferencia entre sostener el crecimiento o tener que aplicar ajustes drásticos.
La estrategia también debe subir al nivel directivo. En contextos de alta volatilidad, el reclutamiento de talento ejecutivo —particularmente posiciones C-level en finanzas, operaciones y desarrollo comercial— se vuelve más crítico que nunca. Las organizaciones están buscando perfiles con experiencia comprobada en escenarios complejos, habilidades para navegar crisis e impulsar procesos de transformación interna. Para muchos consejos directivos, la pregunta no es si reemplazar a un ejecutivo, sino cómo sumar líderes que aporten visión a largo plazo en un entorno de presión constante.
¿Qué pueden hacer las empresas en este contexto?
Primero, fortalecer los canales de comunicación interna y reconocer la incertidumbre como parte del entorno actual. Ignorarla solo eleva los niveles de estrés organizacional. Segundo, identificar roles clave que deberán mantenerse activos incluso en escenarios restrictivos. Esta clasificación ayuda a tomar decisiones menos reactivas si llega el momento de hacer ajustes.
Tercero, invertir en el desarrollo de habilidades críticas para el negocio. Ya no se trata únicamente de capacitar, sino de preparar a los equipos para asumir nuevas responsabilidades con agilidad, especialmente en funciones logísticas, tecnológicas o comerciales. Finalmente, cuidar el bienestar emocional de los colaboradores. Iniciativas simples pueden hacer la diferencia entre una plantilla comprometida o una fragmentada.
En un entorno incierto, anticiparse es una ventaja competitiva. Y en materia de talento, las decisiones que se tomen hoy marcarán la capacidad de las empresas para resistir o transformarse mañana.
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