El dólar cayó el jueves, mientras que una serie de datos económicos mixtos arrojaron nuevas dudas sobre la fortaleza de la economía estadounidense, aumentando la posibilidad de que la Reserva Federal cambie hacia una postura menos agresiva.
Las cifras preliminares mostraron que el PIB se contrajo un 0,2% en el primer trimestre de 2025, ligeramente mejor que la estimación inicial del -0,3%, pero marcando una fuerte desaceleración desde la expansión del 2,4% en el cuarto trimestre de 2024. La desaceleración se debió en gran medida al aumento de las importaciones y al debilitamiento del gasto público, a pesar del aumento de la inversión y las exportaciones.
Para agravar el sentimiento negativo, los datos preliminares sobre beneficios empresariales revelaron un inesperado descenso del 3,6%, desafiando las previsiones de consenso de un aumento del 5,9%. La caída de los beneficios refuerza el temor a que los elevados costes y la incertidumbre política empiecen a pesar sobre los márgenes empresariales.
Los datos del mercado laboral también decepcionaron. Las peticiones iniciales de subsidio de desempleo subieron a 240.000, la cifra más alta en un mes y por encima de las expectativas, mientras que las peticiones continuas subieron a su nivel más alto desde 2021. Estas señales de suavización de las condiciones de empleo, combinadas con un crecimiento y unos beneficios más débiles, minaron la confianza de los inversores en los activos estadounidenses.
De cara al futuro, la atención se centra en el informe de inflación PCE del viernes, que podría resultar decisivo para dar forma a las expectativas de la política de la Fed. Nuevos signos de debilidad podrían presionar aún más al dólar a corto plazo.”
- Análisis de Quásar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados- Pepperstone
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