Última actualización el 4 de junio de 2025
Tiempo de lectura: 3 minutosNo hay duda que hasta en Palacio Nacional aceptaron que es preocupante el desaire que les hizo el pueblo bueno y sabio para no salir a votar por un nuevo Poder Judicial.
El fondo es que ese desaire llevó, incluso a mermar su operatividad con su potencial de siervos de la nación qué junto con todos los diputados y senadores, amén de sus 24 gobernadores no lograron llevar a votar a sus mismos 20 millones de simpatizantes que reciben programas sociales.
Las cifras de participación que ofreció el INE de Guadalupe Taddei, está entre el 12.5 y 13.3 por ciento de los cerca de 100 millones de personas con derecho a votar, vaya el padrón electoral.
Una cifra castigada que pudo ser peor si no fuera por la tradicional movilización de sus lideres de colonias de pago por evento, que desarrollaron en la jornada, aunque haya sido muy pero muy pobre.
Esos resultados marcan, sin duda un hartazgo del ciudadano que se ha visto agraviado por la inseguridad que ha sido tomada con ligereza por el gobierno saliente y entrante del Partido Morena.
No solo el pueblo ha castigado severamente a Morena con su ausencia de las casillas para constituir un nuevo Poder Judicial con ministros, magistrados y jueces, sino que les cobró la factura en Durango y Veracruz.
Basta recordar la imposición para gobernar Veracruz, de Rocío Nahle, un personaje político muy cuestionada por la magna obra sexenal de la refinería Dos Bocas. Dejó una deuda millonaria a proveedores que ahora están en quiebra por la falta de pagos y en consecuencia un desempleo brutal.
Fue muy atropellada su llegada a la candidatura que, gracias al respaldo Presidencial de López Obrador, tuvo que ser aceptada. Logró ser goberandora, pero no pierda de vista que no es del agrado de la Presidenta, Claudia Sheinbaum. Ella, Nahle, apostó por las otras corcholatas, Adán Augusto, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
También pegó de gritos cuando le dieron la credencial al panista traidor, Miguel Angel Yunes por haberse incorporado a la bancada de senadores de Morena, en un acuerdo oscuro de su líder Adán Augusto para que se logrará, con ese personaje la mayoría calificada. Nahle lo llevó al banquillo de los acusados y los desacreditaron como militante guinda. No hubo credencial.
Yunes y compañía, son políticos de peso en Veracruz, son amo y señor en Boca del Río y mueven, con su musculo político los votos que pueden marcar la derrota o el triunfo.
Esa confrontación de Yunes y Nahle, la mala administración del anterior gobierno, de Cuitláhuac García y la inseguridad más que marcada, fueron los vehículos que llevaron a sufrir una derrota de municipios: con dura penas ganaron 84 de 212, el resto quedó en manos del PAN, MC, PRI y PT.
Le favoreció a Morena que la necedad del PAN, de Jorge Romero y del MC, de Dante Delgado de no atender el llamado del líder priista, Alejando Moreno “Alito”, si hubiesen marcado una coalición, habrían dejado en la lona a Morena.
Hubo municipios con margen de 20, 40 y 100 votos que se llevaron los morenos, el total de municipios, 98 para el PAN (34), PRI (23) y MC (41) contra 84 de Morena.
En cambio, esa coalición en Durango, aun sin MC, que ganó tres alcaldías, con los priistas al frente aplastaron al Partido Morena que echó toda la carne al asador con su musculo político: gobernadores, senadores y diputados federales, con todo y sus presidentes, Gerardo Fernández Noroña y Sergio Gutiérrez, obviamente todos los recursos habidos y por haber en una estrategia comandada por el hijo del ex presidente, López Obrador, Andy López Beltrán.
El desaire del pueblo y el oxígeno puro que recibieron tanto el PRI como el PAN, de una esperanza de regresarles la confianza sus votantes, abre la expectativa para el 2027 si jugarán, junto con el partido naranja la gran alianza.
Estarán en juego 16 gubernaturas y los 500 diputados federales de San Lázaro, y agrupados los tres partidos, sin duda desbancarían de la mayoría a Morena, un contrapeso que se necesita contra Claudia Sheinbaum, una Presidenta que de por sí, sufre por no controlar el Congreso que lideran Adán Augusto y Ricardo Monreal.
No hacerlo, o no ir en alianza como oposición, el PAN podría correr el riesgo, al ir solos, de perder sus estados que gobierna, Chihuahua con Maru Campos y Querétaro con Mauricio Kuri.
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